Es sábado en Londres y en el barrio de Seven Sisters, en el norte de la ciudad, se escuchan batucadas y música latina.
Un grupo de baile colombiano se toma la calle frente a la salida del metro y varios jóvenes sostienen banderas y pancartas.
Lo que parece una celebración latinoamericana de un día nacional es en realidad una protesta de un grupo que está en pie de guerra contra la demolición de un antiguo edificio denominado Wards Corner, que alberga el «Pueblito Paisa», un mercado con la segunda comunidad más importante de comerciantes latinos de la capital británica. Allí se pretende construir un complejo de viviendas, áreas de esparcimiento y locales comerciales.
Del otro lado de la ciudad, los latinos también están preocupados.
Dicen que otro plan inmobiliario hace peligrar a la mayor concentración de comercio latinoamericano ubicada en el centro comercial de Elephant and Castle (E&C), en el centro-sur de Londres.
En el área se está desarrollando un megaproyecto, anunciado como una de las mayores y más ambiciosas renovaciones urbanas de la ciudad.
Implica 3.000 millones de libras de inversión (unos US$3.877 millones) entre viviendas, áreas comunes y un desarrollo comercial que pretenden darle una nueva cara a un barrio otrora artístico y vibrante, pero venido a menos después de la Segunda Guerra Mundial.
Y un 25% de ese presupuesto está destinado a construir un moderno espacio comercial donde hoy se encuentra el centro que concentra a la comunidad latina y un conocido bastión colombiano en la capital británica.
Latinos concentrados
Según información de Latin Elephant, una ONG que vela por aumentar la participación de latinoamericanos en procesos de cambios urbanos en Londres, existen 96 negocios latinoamericanos en el área. Un 40% de ellos se verán directamente afectados con la reconstrucción del centro comercial.
En el «Pueblito Paisa» ocurre algo parecido. El 60% del espacio de Wards Corner es ocupado por comerciantes que se identifican como latinoamericanos, según datos de Latin Elephant.
Y son esos comerciantes los que han librado una batalla legal desde hace casi 10 años que se ha convertido en el dolor de cabeza de la Municipalidad de Haringey, a la que pertenece Seven Sisters.
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Renovación, sí; desplazamiento, no
El centro comercial de E&C fue el primero en la historia de Reino Unido, y se nota.
Tras años de descuido, hoy se encuentra en «terribles condiciones«, según le cuenta a BBC Mundo Mark Williams, concejal de la Municipalidad de Southwark, a cargo de temas de planificación. Su reconstrucción ha sido «la aspiración de la Municipalidad por décadas».
Este año finalmente se presentó un proyecto de planificación, pero los latinos alegan que el desarrollo»no incluye a las comunidades locales«.
«Nadie se opone al cambio, ¿a quién no le gusta? A lo que la gente se opone es al desplazamiento», le dice a BBC Mundo Patria Román, directora ejecutiva de Latin Elephant.
Según Román, la creación del nuevo espacio con arriendos a valores de mercado -Londres cuenta con el tercer precio de suelo comercial más alto del mundo, según la consultora CBRE- no asegura el establecimiento de locales comerciales que los actuales pequeños y medianos empresarios latinos puedan sustentar.
Lo mismo opinan desde el norte de Londres, donde aseguran que la reconstrucción de Wards Corner como la planea el municipio y la empresa de desarrollo urbano Grainger terminará por destruir a la comunidad latina.
«Como ellos están mitigando el impacto es un engaño. Porque el libre mercado no es libre. Porque si uno está haciendo competencia como minoría contra las multinacionales, no me parece justo», le comenta a BBC Mundo Mirca Morera, vocera de Latin Corner UK, organización que agrupa a los comerciantes del mercado.
Román explica que, según la legislación actual, al menos el 10% de un nuevo espacio comercial debería ponerse a disposición como asequible para los pequeños y medianos comerciantes que no pueden pagar arriendos al precio de mercado.
Además, asegura que es obligación de los desarrolladores incluir una estrategia de reubicación, la cual brilló por su ausencia en el proyecto ingresado para E&C.
El concejal Williams confirma que esta no se incluyó en la primera presentación del proyecto. «Le dejamos claro al desarrollador que necesitan presentar una estrategia de reubicación de los comerciantes actuales», asegura.
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El efecto Boris
Algo similar pasó con Wards Corner, donde el proyecto inicial presentado en 2007 no contemplaba la reubicación del mercado ni medidas que mitigaran los efectos en la comunidad, por lo que la Corte Suprema declaró que el proceso de planificación del sitio no cumplía con la legislación de Igualdad del país.
Pero el gran espaldarazo lo recibieron del exalcalde de Londres Boris Johnson, quien hizo una estratégica movida a favor de los comerciantes en 2008.
«El desarrollo propuesto para Wards Corner derribaría el mercado y sólo ofrecería espacio para un puñado de gente, lo que es inaceptable», dijo Johnson.
Y su jefa de planificación instruyó por escrito que «cualquier esquema que no contemple la provisión del mercado en su totalidad dentro del nuevo desarrollo (…) no será aceptable».
«La palabra clave fue ‘totalidad’. Forzó a que, si demolían, tendrían que darnos un espacio entero dentro, conservar el mercado en su totalidad», le dice Morera a BBC Mundo.
Y los desarrolladores volvieron a presentar un plan que esta vez sí incluía «la provisión de un nuevo, mejorado y permanente mercado» como un «elemento clave de la regeneración de Seven Sisters», según le explica a BBC Mundo el departamento de Comunicaciones de Grainger.
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¿Todos incluidos?
Desde Delancey, el desarrollador del proyecto de E&C, aseguran que «retener a los comerciantes locales y especializados de E&C es clave para nuestra ambición de apoyar la diversidad del área».
Pero también aclaran que este es un proyecto «financiado completamente por capital privado. La accesibilidad debe ser equilibrada con la viabilidad financiera», le dice un portavoz de la empresa a BBC Mundo.
No todos se oponen al proyecto, según la empresa. La reconstrucción del centro comercial cuenta con el 78,7% de aprobación de quienes contestaron la consulta pública realizada por el desarrollador.
Y la Municipalidad asegura que el desarrollo debe incluir a todos, no sólo a la comunidad latina.
«La gente que utiliza el centro comercial está compuesta por grupos de distintos orígenes y edades«, explica Williams.
Pero mientras en E&C la comunidad está más abierta al diálogo y no se oponen al proyecto, en tanto este contemple espacios a precios razonables para los actuales comerciantes, en Seven Sisters no quieren saber nada del proyecto de Grainger.
«No estamos convencidos de su mérito. No suena sostenible para mantener la comunidad latina, migrante y étnica, conservando ese carácter», remata Morera.
En 2014 presentaron su propio plan para restaurar el edificio, el que fue aprobado por el municipio. Pero la falta de recursos para comprar la propiedad impidió que pudieran desarrollarlo y finalmente la aprobación expiró.
[smartads]
A la ONU
Actualmente la Municipalidad de Haringey interpuso una Orden de Compra Obligatoria (CPO) que obliga a los minoritarios a vender y a los arrendatarios a retirarse, lo que desató una nueva ola de protestas.
El caso será visto por el Departamento de Comunidades y Gobierno Local, quien deberá confirmar o rechazar la CPO.
Además, los comerciantes le presentaron el caso a la Relatora Especial de asuntos de Minorías de Naciones Unidas porque el proyecto de Grainger no les satisface y quieren detenerlo a como dé lugar.
FUENTE: BBC MUNDO