De forma completamente ilegal, sin contar para ello permisos vigentes, se reactivaron ayer las obras en el Malecón Tajamar, con una indiscriminada tala de mangle por parte de los desarrolladores de Ynfinity, que incluso rehusaron a dejar pasar a los expertos de la Procuraduría General de la República que acudieron a constatar los hechos.
El proyecto de Tajamar fue promovido por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) como un lugar de alta plusvalía para hoteles y centros comerciales; sin embargo, es una zona de manglar, motivo por lo cual los trabajos de los distintos desarrolladores que compraron predios en el lugar fueron detenidos por medio de amparos y suspensiones por parte de juzgados y autoridades ambientales.
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Pese a ello, el desarrollo Ynfinity continuó de forma ilegal la construcción de una torre de departamentos, incluso por encima del límite del Plan de Desarrollo Urbano, situación que derivó en una inspección por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que constató que en la zona hay mangle, especie protegida.
Pese a ello, ayer esta empresa introdujo maquinaria pesada y comenzó a escarbar la parte posterior el predio, talando y removiendo lo que quedaba de mangle, incluso perforando hasta el manto freático, presumiblemente para instalar los pilotes de lo que será su segunda torre.
Presente en el lugar, como solitaria testigo, estaba Katherine Ender, presidenta del Movimiento Social en Pro de los Derechos del Pueblo, quien al ver la devastación realizada por un trascabo y los demás trabajadores en el lugar, contactó a la PGR, pues se estaba violando una suspensión federal.
Sin embargo, pasaron las horas y los agentes federales no llegaban; se les volvió a contactar y desconocieron haber recibido una primera llamada.
De la Profepa, ni valía la pena opinar, pues no contestaban el teléfono, actitud nada sorprendente por parte de la delegada Carolina García Cañón, denunciada ante la PGR por sus reiteradas y sistemáticas omisiones en Tajamar, donde en todo momento se ha rehusado a resguardar este inmueble, que supuestamente está clausurado, pero donde no existe ni un solo sello.
DEVASTACIÓN
Al ver a la lente de este medio, personal de Ynfinity intentó bloquear con un tablón de madera un resquicio por donde claramente se veía el avance de los trabajos, obstáculo fácilmente sorteado entrando por un costado, por el estacionamiento del igualmente ilegal proyecto Azuna. Fue así que se pudo constatar, con un ejemplar de este día de este periódico, cómo se excavaba y se instalaba material en una zona donde alguna vez hubo mangle, pero que ahora sólo quedaba fango y piedras.
Una vez terminada esta tarea, arribó un camión de volquete, por lo que el trascabo se enfocó en juntar los escombros para retirar del lugar, que incluía las raíces y restos de los ejemplares de mangle talados, hecho también documentado.
Para entonces habían pasado tres horas desde que se contactó a la PGR. “Están esperando a que terminen y a que retiren la maquinaria para venir, de todo se avisan”, medio bromeó la ecologista.
De ser así, de nada serviría, pues existe una constancia de inspección, realizada previamente por la Profepa y constatada por la PGR, en la que se indica que en el lugar hay mangle. Al ya no existir, pese a la suspensión decretada, se evidencia el doble delito, por la destrucción de la especie protegida y por la violación a la suspensión federal.
“Nosotros no somos ambientalistas románticos, no estamos en contra del desarrollo; queremos desarrollo, pero que sea sustentable. La ley no permite que se tale mangle, o que se afecte el manto freático”, aseveró Ender. “Aquí hay una suspensión federal, que prohíbe el avance de las obras o el cambio de uso de suelo. En teoría, no debiera existir ningún trabajador en este predio.”
ALTURA EXCESIVA
Un camión arribó con más material de construcción y, después de firmar unos documentos con los encargados de obra, fue rápidamente ingresado al lugar. Todo parece indicar que una segunda torre será erigida a toda velocidad.
La primera torre, que había quedado inconclusa, pero que fue ilegalmente terminada, ya es comercializada por millonarios montos. Su altura es de 23 niveles, tres por encima de lo permitido en el PDU de Benito Juárez y lo estipulado en el plan rector de Tajamar, otra irregularidad que no ha sido sancionada.
“En Desarrollo Urbano dijeron que no podían hacer nada, porque en el lugar existe una suspensión. ¿Cómo es que entonces consiguieron su licencia de construcción?”, cuestionó la ambientalista.
PRECEDENTE
El súbito arranque de la obra ocurre tres días después del resolutivo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en la que se sanciona al proyecto Bi & Di con más de seis millones de pesos en multas por diversos actos de ecocidio cometidos en Tajamar, principalmente la tala ocurrida en julio de 2015.
La autoridad federal constató que en el lugar existía flora protegida y que se había dañado su hábitat, contraviniendo al artículo 60 TER de la Ley General de Vida Silvestre. En idéntica situación están los demás involucrados en el intento de destrucción de este humedal, por lo que se sienta un importante precedente para la protección de este espacio.
Sospechosamente, quedó excluido de este proceso uno de los principales impulsores del ecocidio: Fonatur, aunque su caso continúa siendo investigado por la PGR.
Todo el caso podría venirse abajo, de prosperar la construcción de Ynfinity, pues de ser así, los demás desarrolladores podrían ampararse, alegando aplicación selectiva de la justicia, lo que podría derivar en la entrega total de Tajamar, explicó Ender.
Se le cuestionó por la ausencia de otros grupos ambientalistas, que hace unos años eran sumamente vocales y que habían logrado juntar 34 mil firmas para preservar este espacio, pero que parecieron desaparecer después de que se consignara al caso contra estos inversionistas de origen italiano.
“Efectivamente, parece que lo único que parecía interesarles era frenar a Bi & Di, que llegaron acá por una permuta de terrenos que tampoco se les permitió desarrollar”, lamentó. “Después fuimos viendo que sólo buscaban sus propios intereses”.
A CONTRARRELOJ
Pasaron más horas hasta que al fin, cuando ya la obra había cesado del todo, aparecieron agentes de la PGR, acompañados de expertos, para constatar la situación del predio. Sin embargo, su entrada fue impedida por personal de Ynfinity, quienes así evitaron que la autoridad federal descubriera la tala de mangle ocurrida en su propiedad.
Los federales, quienes evitaron dar declaraciones por preservar la presunción de inocencia, se retiraron del lugar, con la intención de conseguir una orden de un juez que les permita acceder al lugar y realizar su peritaje.
De forma simultánea, Ender ya preparaba su escrito con la denuncia para presentar ante la autoridad federal, junto con una petición de amparo, para que suspenda los trabajos supuestamente detenidos. “Será una suspensión en la suspensión”, dijo con incredulidad.
También es de esperarse que los empresarios detrás de Ynfinity, no se quedarán de brazos cruzados y también intentarán conseguir un amparo o alguna otra medida jurídica para evitar la inspección por parte de la PGR. A su favor cuentan con la renuencia de actuación por parte de esta autoridad federal, y la descarada ausencia solapadora de la Profepa.
Falta ver qué gestión prospera primero.