«Tengan la seguridad de que más temprano que tarde vamos a capturar el helicóptero y a los que han hecho este ataque terrorista armado contra las instituciones del país», prometió el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Pero, por el momento, el paradero de la aeronave y los hombres que el martes dispararon y lanzaron granadas contra las sedes del Ministerio del Interior y el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela sigue siendo desconocido.
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Algunos videos difundidos por Twitter parecen mostrar al helicóptero aterrizando, después del ataque, sobre unos edificios en La Trinidad, una zona del suroeste de Caracas.
Pero después de eso no se ha sabido nada más de la aeronave, un Airbus Bolkow Bo-105 perteneciente al CICPC, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de la policía venezolana.
Y el lugar de su escondite, y el de sus tripulantes, no es ni mucho menos la única incógnita sin resolver vinculada al inesperado ataque.
En BBC Mundo te resumimos algunas de las otras dudas que rodean el último -y hasta la fecha más surreal- episodio de la crisis política venezolana.
Quiénes están implicados
Según el gobierno venezolano, el helicóptero fue hurtado de la base aérea Generalísimo Francisco de Miranda «por un sujeto de nombre Óscar Alberto Pérez, quien para cometer los atentados se valió de su condición de inspector adscrito a la división de transporte aéreo del CICPC».
Y el ministro de Comunicación, Enrique Villegas, también dijo que el inspector Pérez estaba siendo investigado «por sus vínculos» con la CIA y la embajada de EE.UU. en Caracas.
En un video publicado en su cuenta de Instagram, sin embargo, Pérez afirma que él y sus compañeros son «una coalición entre funcionarios militares, policiales y civiles en la búsqueda del equilibrio y en contra de este Gobierno transitorio criminal».
«No pertenecemos ni tenemos tendencia político partidista, somos nacionalistas, patriotas e institucionalistas», afirma también el inspector del CICPC, quien en el video aparece flanqueado por dos hombres armados con el rostro cubierto.
Pero la identidad, y número total de los implicados en el complot, es una de las primeras cosas que tendrían que tratar de determinar las autoridades.
Qué tanto apoyo tuvo (y tiene) el inspector Pérez
Por el momento no hay nada que sugiera que los implicados en lo que Pérez describió como «un despliegue aéreo y terrestre» para «devolver el poder al pueblo democrático» sean más de un puñado.
Y en las redes sociales muchos venezolanos incluso barajan la posibilidad de que el ataque fuera organizado por el propio gobierno para justificar una mayor represión y distraer a la opinión pública.
«No tenemos conocimiento del caso. Hay gente que dice que es un peine (un montaje), gente que dice que es una situación real«, dijo este miércoles el presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Julio Borges.
«Así, de repente, llegó la justificación a la militarización de Caracas e inclusive a mayor represión, como si la ejercida hasta ahora no hubiese sido suficiente», escribió por su parte la columnista de Tal Cual Naky Soto Parra.
El hecho de que un helicóptero pudiera atacar impunemente la sede de dos instituciones del Estado en plena capital y luego desvanecerse sin dejar rastro, en lugar de ser derribado, es uno de los elementos que hace sospechar a muchos.
Aunque, para otros, esto también podría sugerir un apoyo mayor de lo que sugiere la naturaleza aparentemente improvisada del ataque.
En cualquier caso, si se asume que la declaración de Pérez es legítima, una de las grandes preguntas que plantea es qué tan extendido está entre las fuerzas de seguridad el descontento con el gobierno de Maduro expresado en su proclama
Y también resulta inevitable preguntarse por la posibilidad de que otros efectivos del ejército o la policía sigan el ejemplo del inspector, piloto, paracaidista, buzo y actor venezolano.
La oposición, crítica con las fuerzas armadas por lo que consideran como «brutal represión» de las manifestaciones, afirma que hay fracturas en los cuerpos de seguridad y que lo que no se ve es mayor que lo que sale a la luz.
«Reencontremos como hermanos con nuestras fuerzas armadas nacionales y juntos recuperemos nuestra hermosa Venezuela», fue, por su parte, el llamado que Pérez hizo en su proclama.
Quién sale ganando con el episodio
El silencio con el que la oposición venezolana reaccionó a las noticias del ataque se puede explicar de muchas maneras.
Pero la poca utilidad del mismo para sus estrategias y objetivos seguramente es un factor clave.
Ese también es uno de los argumentos esgrimidos por quienes lo ven como un montaje del mismo gobierno.
Por lo pronto, el presidente Nicolás Maduro presentó el hecho como evidencia de los planes golpistas y desestabilizadores de ciertos sectores de la derecha venezolana que había venido denunciando repetidamente sin ofrecer pruebas.
«Este es el tipo de escalada armada que yo he venido denunciando. Es el tipo de goteo que yo he venido denunciando», dijo Maduro, para inmediatamente después anunciar que había movilizado a toda la Fuerza Armada Nacional Bolivariana «para defender el derecho a la tranquilidad».
Maduro no descartó el martes elevar el nivel del Plan Zamora de defensa «contra el terrorismo» que activó el 18 de abril.
Y la capacidad de distracción del rocambolesco episodio también podría resultarle útil a su atrincherado gobierno de otras maneras.
«Mientras todo el mundo habla del helicóptero, el TSJ le dio al Defensor del Pueblo atribuciones exclusivas de la Fiscalía», destacó, por ejemplo, este miércoles el analista Luis Vicente León a través de su cuenta de Twitter.
Y está por verse hasta qué punto el aumento de la tensión que presupone un ataque con granadas en contra de un ministerio y el máximo tribunal de justicia del país, y la consiguiente movilización del ejército, puede afectar la capacidad de convocatoria de la oposición para sus protestas.
Qué tanto van a cambiar las cosas por causa del ataque
Tratar de predecir lo que va a ocurrir en Venezuela se ha confirmado como una tarea bastante arriesgada.
Pero, por lo pronto, el incidente no parece haber modificado significativamente la dinámica política venezolana.
«Atención: no hay aún suficiente información sobre el helicóptero. Lo único seguro es que la calle debe seguir: mañana tranca nacional 12m!», fue de hecho lo más parecido a una reacción oficial de la oposición a lo ocurrido el martes en los cielos de Caracas.
Y el diputado Freddy Guevara no fue el único que le dedicó mucho más tiempo y energía a la convocatoria del trancón que al ataque del helicóptero.
El día también estuvo marcado por saqueos en la ciudad de Maracay, denuncias de ataques de colectivos afines al gobierno en contra de la Asamblea Nacional, y forcejeos entre diputados opositores y los efectivos de la Guardia Nacional que irrumpieron en el edificio parlamentario.
Y para cerrar la jornada, los venezolanos se enteraron de que el Tribunal Supremo había emitido un fallo que hace que la Defensoría del Pueblo pase a tener también facultad de investigación penal, cuyo monopolio recae en la Fiscalía.
La medida se interpreta como una nueva limitación de los poderes de una institución crítica al ejecutivo: el Ministerio Público que encabeza la fiscal Luisa Ortega.
Y lo cierto es que la situación difícilmente podría ser más tensa a menos de un mes de la celebración de unas polémicas elecciones para una Asamblea Constituyente.
Aunque los venezolanos también han aprendido que las cosas en su país siempre se pueden poner más complicadas, por más difícil que parezca.
FUENTE: BBC MUNDO