La Cumbre del Grupo de los Veinte comenzará mañana en Alemania, donde la canciller Ángela Merkel deberá lidiar con conflictos entre países como EU y Rusia
La Cumbre del Grupo de los Veinte (G-20), que comenzará mañana en el puerto alemán de Hamburgo, se perfila políticamente difícil, con una serie de conflictos para los que la canciller federal alemana Ángela Merkel está tratando de tender puentes.
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La situación es volátil en el Puerto de Hambugo, donde decenas de miles de manifestantes protestan contra el G-20 -que agrupa a los países más industrializados y emergentes- , tanto en forma pacífica como con disposición a la violencia.
Los negocios tomaron medidas de seguridad para resguardar sus vidrieras y cerrar las tiendas a partir de este jueves en la zona de la ciudad en la que se llevará a cabo la reunión cumbre.
Esta tarde llegan a Hamburgo los presidentes Donald Trump de Estados Unidos, Vladimir Putin de Rusia, y Recep Tayip Erdogan de Turquía, tres personalidades con posiciones conflictivas. Trump y Putin se reunirán el viernes.
El presidente Trump y la canciller Merkel se reunirán esta misma tardea invitación de la jefa del gobierno alemán, quien ha viajado en los últimos meses a todos los países del G-20 para preparar la cumbre, que tendrá lugar el viernes y sábado.
La canciller federal alemana se reunirá este jueves con otros jefes de Estado y de gobierno para llevar a cabo un sondeo de los puntos en los que se encuentran los temas susceptibles de desacuerdo y para abrir más espacios para compromisos.
Observadores de la cumbre estiman que Donald Trump creará problemas por su rotunda oposición al libre comercio mundial. Entre Alemania y Rusia hay tensiones debido a varios ataques cibernéticos, la crisis con Ucrania y las campañas de difamación y desinformación desencadenadas por Rusia en el país europeo.
El otro problema en perspectiva es el encuentro que el presidente de Turquía se propone sostener con sus conciudadanos en el Consulado de su país en Hamburgo, a pesar de que no tiene la autorización de las autoridades alemanas por no haberlo solicitado.
Erdogan, quien pidió reunirse este jueves con la canciller Merkel, en un encuentro que ella aceptó, acusa reiteradamente a Alemania de ser nazi (volvió a hacerlo ayer durante una entevista con un medio alemán).
Mantiene desde hace seis meses en la cárcel al correponsal del diario alemán Die Welt, a quien las autoridades turcas acusan de terrorismo en Turquía por haber entrevistado a un sujeto con intenciones terroristas contra el país.
El gobierno turco obligó asimismo a Alemania a iniciar hace un mes la mudanza de su contingente militar en el marco de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la base turca de Incirlik, desde donde la alianza atlántica actúa contra la organización terrorista Estados Islámico en Siria.
Siendo la alemana una tropa con mandato parlamentario, el gobierno turco no autoriza la visita de legisladores alemanes para que dialoguen con los efectivos militares ahí destacados. El contingente alemán empezó ya los operativos para cambiar sus aviones Tornado a Jordania.
Los Tornado alemanes cuentan con sofisticados sistemas de detección y vigilancia desde el aire, que son usados para detectar los movimientos de los terroristas del Estado Islámico y de las tropas sirias en las guerras que hay en ese país.
China, el país que antecedió a Alemania en la presidencia del Grupo de los Veinte el año pasado, y Argentina, que asumirá la presidencia para 2018, están considerados por observadores alemanes como potenciales aliados de Alemania.
Tres países latinoamericanos –Brasil, México y Argentina– estarán presentes en la cumbre y tienen importantes coincidencias con la presidencia alemana en el G-20. Los tres países sintonizan con Alemania en cuanto al libre comercio y aportan claros impulsos en ese terreno, a pesar de sus crisis internas.
La modernización del Tratado Global entre México y la Unión Europea registra avances sustanciales.
El Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur puede ya ser un hecho a finales de este año –de acuerdo a estimaciones de Merkel- a pesar de que las negociaciones han sido infructuosas durante mucho tiempo.
Los esfuerzos para impulsar la cooperación y el libre comercio tienen también lugar en el subcontinente latinoamericano, donde Brasil, México y Argentina llevan a cabo negociaciones para intensificar el intercambio intrarregional entre ellos.
Nuevos proyectos están a discusión, como la eventual construcción del Tren Bioceánico para unir el Atlántico y el Pacífico en Sudamérica, lo que energetizaría el comercio intrarregional, así como el comercio exterior y las inversiones.
La nueva conexión ferroviaria se proyecta entre Ilo, Perú, y Santos, en Brasil, pero aún hay considerables problemas que requieren de soluciones y acuerdos para echarlo a andar. La inversión provendría de China y Alemania también está interesada.
La significancia de Latinoamérica para Alemania ha cobrado realce en este tiempo de turbulencias internacionales, no obstante que la región corre el peligro de perder al conexión económica con la nueva era denominada Industria 4.0, los severos problemas de la violencia organizada y el retroceso en las cifras macroeconómicas.
FUENTE: EXCELSIOR