Lástima que en Quintana Roo no hay candidaturas ciudadanas a las diputaciones federales, eso demuestra que la propia sociedad aún no comprende bien el marco legal de esta figura electoral, a pesar que desde el 2014 está función en todo el país.
Aunque en la letra los candidatos independientes tienen derecho a recibir Financiamiento Público para sus gastos de campaña y el monto que se les otorga, es el que correspondería a un partido de nuevo registro, en la práctica están en desventajas con los institutos políticos establecidos es enorme, porque mientras los primeros reciben miles de pesos, los partidos reciben millones.
De ahí que en este proceso electoral de 2017-2018, que convoca a las urnas el 1 de julio próximo, solo veamos en la competencia para la Presidencia de la República a tres candidatos emanados de partidos políticos, el de la alianza “Por México al Frente” compuesta por el PAN (Partido Acción Nacional)-PRD (Partido de la Revolución Democrática)-Movimiento Ciudadanos, Ricardo Anaya Cortés; el del PRI (Partido Revolucionario Institucional)-PVEM (Partido Verde Ecologista de México)- Panal (Partido Nueva Alianza), José Antonio Meade Kuribreña; y Andrés Manuel López Obrador que abandera a Morena (Movimiento de Regeneración Nacional)-PES (Partido Encuentro Social)-PT (Partido del Trabajo), quizá a Margarita Zavala Gómez del Campo que irá por la candidatura independiente y que a todas luces es una estrategia para dividir el voto de los indecisos.
¿Por qué el votante no ve como opción a los independientes? Porque éstos no tienen una estructura electoral “aceitada” con dinero público, porque no reparten despensas, porque no compran votos, porque no aplican ninguna técnica de la ingeniería electoral (mapacheo, ratón loco, embarazo de urna, operación tamal, etc.); pero principalmente no traen un discurso de oratoria, o sea, no saben engañar porque son ciudadanos acostumbrados a trabajar para poder ganar sus propios recursos.
También porque los partidos políticos se encargan de crear un clientelismo electoral, de generación en generación; porque los programas sociales que crean cuando están en el gobierno bajo la bandera de su instituto, llevan el objetivo de tenerlos cautivos para cada elección, y por más que ese electorado reconozca después que se equivocó, tendrán que soportar por tres o seis años a dicho gobernante o legislador.
No hay que olvidar que todas esas “costumbres” de los partidos políticos son posibles gracias a los impuestos que usted y yo aportamos, pues el gobierno federal les entrega ese dinero en la figura de las prerrogativas. Además de los millones que aportan los gobiernos locales, del estado y municipal, para el sostén de estas estructuras. ¿Están en desventajas los independientes? Ni quien lo niegue.
SASCAB
A propósito, Francisco “Frank” López Reyes es la apuesta de Remberto Estrada Barba para que sea el candidato de la alianza “Por México al Frente” a la presidencia municipal de Benito Juárez; pero si el PAN-PRD-MC tendría que elegir un masculino para ser el abanderado, créalo que el bueno es Emiliano Ramos Hernández, pues Frank no representa votos electorales. Está demostrado que los productos políticos hechos por la mercadotecnia, hasta ahora dan malos resultados.