Tantos gritos y sombrerazos contra la “mafia del poder”, para que ahora salga López Obrador postulando candidato a senador a un corruptazo como Napoléon Gómez Urrutia, ex líder (priista) del Sindicato Minero de México, acusado de haberse robado nada menos que 55 millones de dólares del organismo sindical.
A través de su Consejo Nacional, Morena palomeó este domingo la lista de los candidatos plurinominales -van por la libre, sin hacer campaña- al Senado de la República, colocando también en la misma, ¡increíble!, al ex presidente nacional del PAN, Germán Martínez, que en su momento se llenó la boca de descalificativos y vituperios contra AMLO.
El manto purificador con que Obrador cobija y limpia los pecados de cuestionables personajes antes opositores y a quienes está sumando a su campaña, llegó hasta Canadá, donde desde febrero del 2006 el ex líder minero Napoléon Gómez Urrutia se auto exilió con su familia luego de la fatídica explosión en la mina Pasta de Conchos que causó la muerte a 65 de sus sindicalizados.
Años después, en el 2014, la Interpol emitió una “ficha roja” en su contra por un fraude contra los trabajadores mineros de México, a los cuales habría despojado de 55 millones de dólares de sus cuotas sindicales. Sin embargo, para AMLO hoy es un “perseguido político” que tuvo que huir del país “por no someterse a los designios de quienes se sienten dueños de México”.
Y ni qué decir de Germán Martínez, que fuera uno de los más virulentos detractores y críticos del tabasqueño y artífice, según éste, de haber operado el fraude electoral en el 2006 con el que asegura le robaron -una vez más- la Presidencia para dársela a Felipe Calderón. De todas esas culpas, al parecer, ya también expió Obrador al ex dirigente nacional del PAN.
¿Será que AMLO está siendo capaz de todo, hasta de rodearse de indeseables, con tal de coronar su objetivo de ganar la Presidencia, o ya la “mafia del poder” del PRI-AN lo logró infiltrar y éste ni cuenta se ha dado?