Los gobernantes suelen priorizar determinados aspectos a lo largo de su gestión.
Hay quienes enfatizan la política, otros ponen el deporte por delante y unos más en la infraestructura.
Todo depende del contexto en el que se encuentren las ciudades o los estados que les toca gobernador.
Carlos Joaquín decidió que en Quintana Roo el aspecto administrativo, lo que tiene que ver con el funcionamiento, el rendimiento y la estructura de su gobierno es lo que merece una especial atención y en ello ha enfocado sus baterías.
Contador público al fin, es en esa parte: el saneamiento de la estructura, en el restablecimiento de buenas prácticas administrativas, en la supervisión extrema de la aplicación de los recursos en el que dedica la mayor parte de su tiempo.
Debido a ello, mantiene semanalmente reuniones con su gabinete, especialmente con los secretarios de despacho, pero también con los subsecretarios, para garantizar que sus instrucciones aterricen y no se queden flotando en los niveles superiores.
Y es así como en año y medio ha logrado enderezar las finanzas que recibió en su mayor deterioro de la historia.
La administración, es donde Carlos Joaquín pone el acento.
Platea
Siempre hubo una interrogante sobre la decisión de Carlos Joaquín de poner en la Coordinación General de Comunicación Social a un auténtico tecnócrata como Felipe Ornelas, quien llegó a descomponer lo que medianamente se había arreglado a otros niveles.
Llegó con ideas raras que en la práctica eran imposibles de aterrizar, inentendibles.
Sin embargo, es de destacar que el Gobernador corrigió, decidió cambiar a Ornelas y poner en su lugar a Haidé Serrano Soto que habla el mismo idioma de los periodistas, porque es uno de ellos.
Haidé Serrano es mujer de todas las confianzas de Carlos Joaquín. Han trabajado juntos desde cuando el hoy gobernador fue presidente municipal de Solidaridad.
La comunicación venía siendo el talón de Aquiles del gobierno estatal. Esa debilidad ya fue vitaminada y seguramente se fortalecerá.
Luneta
Que en el PRD prefieren garantizar dos regidurías en Cancún con candidatos perredistas, que arriesgarse a ser competitivos en la carrera por la presidencia municipal con un abanderado externo como José Luis “Chanito” Toledo.
Parece que algún futurólogo atiza en ese sentido.
Sin embargo, dentro de la rebatinga interna que hay por la nominación de su candidato a la presidencia municipal de Benito Juárez todo puede suceder. Nada está descartado.
Ojalá que el PRD priorice lo que nunca ha priorizado en sus proyectos para Cancún: el bienestar de la sociedad y no caiga en la práctica de siempre de garantizar únicamente posiciones políticas para los más privilegiados de su cúpula.
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