La dislexia no es una enfermedad, sino un déficit en el aprendizaje de la lectura. Conoce cómo puedes ayudar a tus hijos que tienen dislexia.
La mayoría de los padres que tienen hijos pequeños, suelen realizar varios hábitos y costumbres con sus hijos enfocados a la educación escolar, con el objetivo de que ellos encuentren una motivación al ingresar a la escuela. Algunas veces los padres suelen leerles cuentos, cantar las vocales y el alfabeto y decoran la habitación con temas relacionados al aprendizaje.
Sin embargo, por más esfuerzos que los padres realicen, los hijos no logran aprender a leer, incluso tienen bajo rendimiento escolar. Por fortuna, se trata de un problema común que se puede detectar a tiempo.
El trastorno en los niños con dificultades para leer se le conoce como «la dislexia o trastorno de la lectura», este es una condición cerebral que dificulta la lectura, la ortografía, la escritura, matemáticas y en ocasionas el habla, los niños diagnosticados con esta afección les cuesta trabajo procesar ciertos tipos de información.
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¿Cómo identificar si tu hijo tiene dislexia?
Se diagnostica en cualquier etapa escolar, los maestros son los primeros en detectarla puesto que son los responsables del aprendizaje de sus estudiantes. Se identifica cuando un niño tiene dificultad para leer porque sustituye, distorsiona u omite letras o palabras, a la vez no comprende el contenido de la lectura, escribe al revés, no relaciona los sonidos de las letras y los confunde para leer las palabras con precisión y fluidez.
Síntomas por edades
Recordemos que cada persona es diferente por lo que es importante conocer los síntomas por las diferentes etapas del desarrollo.
Preescolar (antes de los 6 años)
Pronuncia mal las palabras, no llama las cosas y objetos por su nombre, se le dificulta aprender los números, colores y letras, no comprende las rimas en las canciones infantiles, no sigue instrucciones y rutinas, presenta dificultad motora (se tropieza, golpea, se cae) y problemas de habilidad social.
Primaria (6 a 12 años)
Problemas para conectar letras y sonidos, no vocaliza las palabras que no conoce, no le gustan los libros y se aburre con las lecturas, no comprende oraciones, no comprende la lectura, no se concentra, mezcla el orden de las letras, no toma el lápiz de manera adecuada.
Secundaria (12 a 16 años)
Lentitud para leer, no lee en voz alta, utiliza muletillas, no encuentra las palabras correctas para expresarse, es desorganizado, comité errores ortográficos, no se concentra, no entiende lo que lee.
Los especialistas aseguran que se origina por una alteración en la estructura cerebral ubicada en el hemisferio izquierdo (la encargada del lenguaje y escritura). Incluso también se asocia con la genética, herencia y desarrollo. Se trata de un problema de interconexión de los hemisferios tanto el derecho como el izquierdo.
Otra posible causa puede ser problemas en el embarazo y el parto, así como dificultades para socializar en el colegio, problemas emocionales y de percepción visual.
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Tratamientos
Los especialistas en educación, como los maestros y psicólogos, pueden ayudar a los niños con dislexia, con terapias irán enfocadas a la enseñanza de la lectura, habla y lenguaje, estructura, secuencia, conciencia fonológica, decodificación, reconocimiento de palabras, ortografía y fluidez en la lectura.
¿Cómo ayudar a tu hijo con dislexia?
Las terapias son importantes para ayudar a los hijos, sin embargo, también el trabajo que se realiza en casa, apoyare con lecturas fáciles, escrituras sencillas, audiolibros, comprensión lectora, canciones, juegos de relacionar sonidos con letras y palabras, realizar oraciones entre otras.
Importancia de la familia
El apoyo familiar es fundamental cuando los niños tienen dislexia, ya que puede afectar gravemente su autoestima, seguridad y confianza, al sentirse menos que al resto de sus compañeros de clase. Por ello, los padres deberán brindar apoyo incondicional, decirle a su hijo que es amado y explicarle que tener dislexia no es una enfermedad, que se puede tratar con terapias y mucha dedicación y esfuerzo.
FUENTE: FAMILIA