Con un apoyo económico inicial de 7.5 millones de pesos, investigadores de la UNAM, echaron a andar el proyecto “Refugio Chinampa” para salvar al ajolote, anfibio icónico de México, de la extinción.
El proyecto, que también pretende restaurar la superficie agrícola de la zona lacustre de Xochimilco, al sur de la capital mexicana, tiene como objetivo mejorar las condiciones de sus habitantes e impulsar la agricultura tradicional.
La idea es eliminar el uso de pesticidas y fertilizantes para crear las condiciones perfectas para que Xochimilco vuelva a convertirse en santuario de ajolotes.
“Queremos generar espacios para ajolotes, en donde el refugio sea el hábitat para que el ajolote sobreviva,” indicó Luis Zambrano, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Desde la década de 1990, la contaminación de los canales, el aumento de los turistas en la zona y la introducción de flora y fauna ajena como la carpa, que se alimenta de huevos de ajolote, han puesto en peligro de extinción a este anfibio.
Se calcula que en 2014 solo había 36 ajolotes (por metro cuadrado) restantes de una población de 6 mil ejemplares por kilómetro cuadrado que había en 1998.
En la época prehispánica, el ajolote se consumía como alimento y también como remedio medicinal.
Debido a que el presupuesto inicial de 7.5 millones de pesos llegó con seis meses de retraso, los investigadores tendrán que trabajar el doble para ponerse al día y recuperar una a una, las chinampas tradicionales de Xochimilco para salvar al anfibio.
Este es el inicio de un proyecto que quisiéramos hacer a gran escala, que es repoblar de chinampas Xochimilco.”
Zambrano también dijo que en Xochimilco hay aproximadamente 10% o 15 por ciento de chinampas activas, mientras que el resto yacen abandonadas o fueron convertidas en canchas de fútbol o en base para edificios.
Las chinampas son un legado de la época prehispánica. Se trata de islotes artificiales que flotan sobre los cuerpos de agua, como por ejemplo los lagos, y fueron usada por los originales de la región que actualmente ocupa la Ciudad de México, para el cultivo y la expansión territorial.
Se calcula que la tradición de cultivar en chinampas se remonta a más de dos mil años en el pasado.