“Bueno va, de todas formas ya sólo faltan doce días para la quincena”
“Me lo merezco, sino, ¿para qué trabajo?”
“Siempre quise un equipo de ski… ojalá algún nieve en México”.
¿Cuántas veces has dicho algo parecido? Si eres de los que de alguna manera siempre consiguen llegar a fin de mes debiendo la mitad de su próximo sueldo, es momento de que replantees la manera en que administras tus ingresos.
Sobrevivir al presente mientras ahorras para el futuro no es tan complicado como suena si aprendes a hacer rendir tu dinero. Sólo sigue estos consejos y verás que puedes crear la base de tu patrimonio sin dejar de ir a conciertos:
Nunca gastes más de lo que ganas
Ésta es la regla básica de la administración personal; el problema es que a veces ni siquiera sabemos a cuánto ascienden nuestros gastos. Suma lo que pagas de renta, más tu servicios, la tarjeta de crédito, la despensa, los cafés, las cervezas, las salidas a comer y todo los pequeños gastos que recuerdes. Luego réstalo a tus ingresos mensuales. Si te sales debiendo, vas a tener que hacer un ajuste.
Deja tu costal de dinero en casa
Después de calcular tus gastos mensuales, ya tendrás una idea de cuánto dinero puedes dejar al día. Trata de cargar en tu cartera sólo el efectivo necesario y así evitarás la tentación de comprarte ese frappé unicornio que ni está tan rico.
Aprende a distinguir entre necesidades, gustos y caprichos
Necesidad: Techo, comida y servicios.
Gustos: Membresías en plataformas de música, entretenimiento, ropa, visitas a restaurantes y conciertos.
Caprichos: Las botas que usó Rey en Star Wars, diseñadas por el vestuarista de la película, importadas de Inglaterra y con la suela autografiada.
Gasta en lo que necesitas, invierte en lo que te hace sentir bien y descarta lo que compras sólo para subirlo a tus stories de Instagram.
Lava tus tenis
Si lo haces descubrirás que detrás de esa capa de lodo, todavía lucen muy decentes. Convierte tus pantalones rotos en shorts, parcha tu mochila, repara tu escritorio. La mayoría de las cosas que remplazamos podrían servir por más tiempo con un poco de cuidado y mantenimiento.
Diviértete en casa
No, no se trata de volverte un ermitaño, pero no pasa nada si en vez de ir con tus amigos a un bar, los invitas a tu casa y se cooperan para las cervezas. Otra opción es buscar entretenimiento gratuito, asiste a paseos en bicicleta, exposiciones y conciertos que sólo te cuesten el traslado.
Haz que tus compras te den algo a cambio
En diversos establecimientos existen programas de lealtad que en cada transacción te suman puntos que se convierten en dinero para próximas compras. Si siempre vas al mismo súper, saca tu tarjeta de puntos y después de tres despensas comenzarás a sentirte recompensado. También aplica para viajes, funciones de cine, restaurantes y todos esos gustitos en los que siempre gastas sin pedir algo a cambio.
Acéptalo: las máquinas son más listas que tú
Eres nativo digital, así que no hay excusas, descarga la app de tu banco y automatiza tus pagos de cuentas e inversiones. Si lo haces ahorrarás tiempo, evitarás pagar intereses y recargos y estarás menos inclinado a gastar la mitad de tu sueldo en juguetes coleccionables. Inténtalo, si tienes problemas con la tecnología, pídele ayuda a tu sobrino.
Piensa en tu yo del futuro
Quizá por ahora este asunto no te preocupa pero en cinco años, cuando tus amigos comiencen a comprar casa y tú sigas rentando un departamento del tamaño de un clóset, vas a desear haber hecho más con todo lo que has trabajado. Los expertos recomiendan destinar el 10% de tus ingresos a los ahorros, pero el 5% es un gran inicio. Cuando tus ahorros crezcan, inviértelos para que tu dinero siga en movimiento.
Con un poco de organización, estrategia y ayuda de la tecnología, puedes hacer que tu dinero rinda más sin privarte de lo que más te gusta. Pon en práctica estos sencillos consejos y empieza a contar tus ahorros en vez de los días que faltan para la quincena.
FUENTE: CULTURA COLECTIVA