«Lo que está haciendo es antihigiénico», le dijo el salvavidas a Miryan Blázquez cuando ella sacaba uno de sus senos para amamantar a su hija. El hecho ocurrió mientras Blázquez nadaba en la piscina municipal de Santa Coloma en Barcelona, España.
«Estaba dentro de la piscina, en una zona en la que el agua me llegaba poco más arriba de la cintura, a la sombra y la niña me pidió de comer y decidí darle el pecho allí que dejarla llorando hasta llegar a la toalla», le explicó Miryan en su muro de Facebook.
Pero el correctivo escaló, pues al reclamo le siguieron otros malos tratos de los vigilantes del lugar que se iban sumando a la escena y que terminaron por gritarle que estaba prohibido comer y beber en la zona de baño, y que la bebé podía vomitar y le daría asco a los usuarios.
Aunque Miryan terminó de darle de comer a su hija, porque era una necesidad básica y además, había más personas bebiendo cerveza en el mismo sitio, este caso se suma al de muchas madres que padecen malos tratos y sufren discriminaciones por amamantar en público. En esta ocasión, se consiguió que la empresa encargada de administrar la piscina se disculpara, pero hay un montón de sitios alrededor del mundo donde amamantar a un bebé implica un gran tabú.
*Foto: Magazinelactancia
Ya en 2014, en Asunción Paraguay, un elemento de vigilancia le pidió a una mujer que se cubriera el seno o se retirara del lugar, lo que provocó que muchas madres se unieran para marchar y pedir que se considerara al acto como discriminación.
O en Canadá, el mismo 2014, donde en un Starbucks de Ottawa, un cliente le dijo a Julia Wykes que lo que hacía era «asqueroso», al verla amamantar a su bebé. El caso de Wykes fue viral y ese mismo día su café fue gratis.
Incluso sitios impensables como Reino Unido no se salvan de estar en la lista de países donde muchas mujeres prefieren hacer pasar hambre a sus bebés o ir a los rincones menos adecuados para dar pecho a sus hijos.
Aunque en México se han dado casos como el de Coahuila, donde el año pasado el Senador estatal Fernando Salazar tuvo que salir a decir que la lactancia en público no está prohibida ni es delito, hay mucho porqué seguir luchando frente a las miradas que juzgan e increpan a la acción como si fuera un llamado lascivo.
*Foto: Reuters
En la Ciudad de México, por ejemplo, ya existen algunas empresas que han tomado la iniciativa de dar «espacios especiales» para las madres, incluso existen ya 70 salas de lactancia en oficinas gubernamentales.
En una nota reciente del periódico MásporMás se lee que entre 2006 y 2012 la lactancia cayó un 7.8 % por falta de tiempo y espacios adecuados en el trabajo, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Además de que se ahorrarían 2 mil 429 millones de pesos anuales en atención médica pediátrica, pues con la leche materna se previenen enfermedades como la diabetes y la obesidad.
En suma, todo sería más fácil si la lactancia —el ser madre en general— se desmitificara sin hipersexualizarla (¿todos los extremos son malos?). Que se escuche ese adiós al pensamiento retrógrada de «mujerzuela que me provocas cuando enseñas los senos», Virgen Santísima pura solo tú; hola Beyoncé.
*Foto: Instagram
FUENTE: CULTURA COLECTIVA