Hemos llegado casi a la mitad de las campañas para las presidencias municipales en Quintana Roo, que iniciaron el pasado 14 de mayo y concluirán el próximo 27. El 28 comenzará la veda y el 1 de julio será la jornada electoral.
Es decir, después de este fin de semana sigue la cuenta regresiva para quienes buscan la silla más ansiada de su municipio; por lo tanto, es una coyuntura propicia para la reflexión en torno a pronósticos, sobre todo después de que las definiciones generales quedaran resueltas con juicios inapelables.
En Cozumel, Pedro Joaquín Delbouis se consolidaría en el gusto de los isleños, no sólo por la contundencia de sus propuestas, sino porque Perla Tun Pech -quien pretende la reelección- ha logrado unir a una mayoría en su contra por sus actitudes reprochables. Por todo lo que significa, el de apellido Joaquín se mueve con holgura.
En nuestra capital, Othón P. Blanco, la contienda es más cerrada: allí se disputan la primera posición el oficialista Fernando “Chino” Zelaya y el “moreno” Hernán Pastrana, quien ya fue presidente. Ni Manuel Valencia ni María Hadad, ni mucho menos Julio “Taquito”, se asoman en esa lucha solamente entre dos.
En Puerto Morelos, Laura Fernández Piña se siente cómoda (no confiada) porque los números le favorecen. También quiere la reelección, con el apoyo de diversos grupos unidos bajo su causa. Durante su administración “todo fue histórico” (en un municipio de reciente creación), y la ausencia de opositores sólidos, sin dudas le ayuda. Conjugados ambos elementos, no tendría problemas, según el vaticinio predominante.
Pero nada está dicho. Los tropiezos fatales existen.