Un correo revela que una filial de la constructora intentó que Lula da Silva intercediera ante el exmandatario para beneficiar la inversión brasileña en México
El escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht en México ha estado contenido en tres contratos firmados con Petróleos Mexicanos (Pemex) y el supuesto pago de 10.5 millones de dólares en sobornos. La investigación de las autoridades brasileñas, sin embargo, podría alcanzar Los Pinos, la residencia del poder en México. El nombre de Felipe Calderón, el presidente mexicano entre 2006 y 2012, figura en el expediente que instruyó el poderoso juez Sergio Moro en la operación Lava Jato. La justicia brasileña investiga si dos directivos de una filial de Odebrecht conspiraron para que el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva intercediera ante Calderón para beneficiar la inversión brasileña en México, de acuerdo con una investigación de Mexicanos unidos contra la corrupción, una organización que investiga acusaciones contra políticos y empresarios.
37 palabras han puesto en aprietos al expresidente Felipe Calderón. El nombre del mandatario figura en un correo que Roberto Prisco Ramos, director de Braskem, envió a otro ejecutivo de la filial de petroquímica de Odebrecht. La empresa necesitaba 66.000 barriles diarios de gas etano para suministrar a una planta de polietileno que se construiría en Coatzacoalcos, al sur del estado de Veracruz. Para conseguir ventas por 2.000 millones de dólares anuales, los ejecutivos necesitaban que Pemex les dejara el gas a un precio preferencial. El correo del 8 de diciembre de 2009 que Prisco Ramos destina a Alexandro Alencar, director de relaciones institucionales, dice lo siguiente:
Querido tricolor:
Necesito tu ayuda con respecto a este tema:
Hacer un esfuerzo para que LILS acepte una invitación especial de Calderón de ir a México a principios de febrero.
Cuando puedas, me llamas, para hablar al respecto.Abrazo,
R.
Otras comunicaciones recuperadas que integran la operación Lava Jato señalan que las iniciales LILS hacen referencia al expresidente brasileño Lula da Silva. El correo de Prisco no es nuevo. Figura en la causa judicial desde hace un año y fue publicado por la prensa brasileña en abril de 2016. El exmandatario brasileño ha negado a través de sus abogados la acusación. Pero los jueces del caso siguen utilizando estas breves líneas como prueba de que Lula pudo haberse prestado para servir a lo intereses de Odebrecht.
El nombre de Calderón engrosa una larga lista de políticos de alto nivel que han sido tocados por el escándalo de Odebrecht. La trama de corrupción que investiga el pago de sobornos para conseguir obras tiene presencia en 11 países de América Latina y Mozambique, en África. La constructora confesó en los tribunales de Estados Unidos el pago de más de 780 millones de dólares en coimas para expandir sus operaciones en la región. El exmandatario peruano Alejandro Toledo es buscado por la justicia porque supuestamente recibió 20 millones de dólares en sobornos. Ollanta Humala, otro expresidente de esa nación, habría recibido tres millones de dólares de la compañía brasileña para su campaña. La sospecha también ha tocado a los presidentes colombianos Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos.
Prisco, el exdirector de Braskem, fue detenido por la policía brasileña. En un juicio fue hallado culpable de lavado de dinero y corrupción, pero ha sido puesto en libertad porque se ha convertido en una pieza clave para alimentar la investigación de laoperación Lava Jato. Las autoridades lo consideran el personaje que pactaba los sobornos. Alexandro Alencar también ha sido encontrado culpable y sentenciado a una pena de 15 años.
El 23 de febrero de 2010, 75 días después del correo entre Prisco y Alencar, se dio la reunión entre Calderón y Lula da Silva. El encuentro se celebró en Quintana Roo. Los presidentes emitieron un comunicado conjunto en el que celebraban la inversión de 2.500 millones de dólares que hacía Braskem y la mexicana IDESA en la construcción del complejo Etileno XXI que hoy opera en Veracruz fabricando polietileno. Esta se convirtió en la mayor inyección de recursos en el sector petroquímico mexicano en 30 años. A partir de 2010 Pemex frenó tres proyectos de infraestructura propios para no competir con la inversión realizada por Odebrecht.
Calderón envió una carta a Mexicanos unidos por la corrupción para hacer frente a las acusaciones. El expresidente dijo que las reuniones con el presidente de Brasil o con los inversionistas “en ningún caso… implicaron acuerdos al margen de la ley o que les confiriesen ventajas indebidas”. “La sola insinuación de soborno hubiera sido absolutamente inaceptable”, se defendió el expresidente.
Raúl Olmos y Daniel Lizárraga, los autores de la investigación publicada por Mexicanos unidos contra la corrupción, hicieron una petición de información a Pemex para saber el precio del gas etano. Los periodistas hallaron que el monto ha sido clasificado como “información reservada” por los próximos 20 años, con posibilidad de que el secreto se extienda por cinco años más.