Más allá de sólo construir más y más escuelas, se debe pensar en reforzar el sistema educativo con el que ya se cuenta y generar las estrategias necesarias para que existan fuentes de empleo para esos estudiantes, declaró Adrián López Sánchez, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
“El sistema de educación superior en México ha tenido un crecimiento significativo en términos de cobertura y, asimismo en las capacidades físicas instaladas, no cabe duda de ello. Sin embargo, las deficiencias sistémicas en el proceso educativo y la frecuente falta de pertinencia de los conocimientos transferidos y las competencias enseñadas, han deteriorado su capacidad para detonar un incremento sensible en la productividad sistémica y debilitado su rol protagónico en la capilaridad social”, declaró.
Y es que, según mediciones internacionales, el sistema de educación superior del país ha quedado rezagado respecto a otros países con niveles similares de desarrollo, tanto en términos de cobertura, como de calidad. Por ejemplo, en la categoría de “educación superior y capacitación” del Índice de Competitividad Global desarrollado por el Foro Económico Mundial, México ocupa el lugar 80, muy por debajo de otros países latinoamericanos como Argentina, Chile y Costa Rica.
En algunos de los subíndices las posiciones son aún más bajas: 81 en la tasa de cobertura de educación superior, 108 en calidad del sistema educativo y 117 en calidad de educación en matemáticas y ciencias. Así como el último lugar de la OCDE, en cuanto a la población adulta con educación superior: solamente el 16 por ciento de los mexicanos de entre 25 y 64 años cuenta con estudios superiores, frente al promedio de 36% y solamente el 1 por ciento tiene maestría.
“Esto revela dos dimensiones de la problemática, por un lado la estructura del sistema de educación superior y, por el otro, de pertinencia de su oferta para el mundo laboral y productivo. Por lo que existen retos de sustentabilidad financiera que deben resolverse prioritariamente, como la jubilación del profesorado, la renovación de la planta educativa y el mejoramiento de las instalaciones en las universitarias existentes”, agregó.
Por ello insistió en que antes de iniciar un programa de apertura de 100 nuevas universidades, se aproveche a plenitud la capacidad física y operativa en las universidades autónomas estatales, universidades politécnicas y en las distintas modalidades de instituciones públicas de educación superior.
Incluso, desde Coparmex se cree que para garantizar la viabilidad económica de las universidades públicas es necesario analizar con seriedad, y sin tabúes, la posibilidad de establecer cuotas parciales de recuperación en las universidades públicas, aplicables a las personas que si pueden contribuir a solventar los costos del servicio educativo, para no afectar a estudiantes de bajos recursos.
Y que las universidades busquen que el perfil de egresado sea de una persona competitiva para el mercado laboral, considerando que en el contexto internacional se exige profesionistas preparados para ser competitivos en todo el mundo.
FUENTE: (Noticaribe)