El 31 de diciembre, justo cuando el reloj marca la medianoche, alzamos nuestras copas, pedimos nuestros deseos y brindamos por un nuevo año que comienza. Es una fiesta maravillosa. Sin embargo, la llegada del Año Nuevo no se festeja al mismo tiempo en todo el mundo: mientras en algunos países -y a veces regiones- están en plena despedida del año que se va, en otros faltarán cuatro, o cinco, o diez horas, y hasta un día entero para poder celebrar. ¿Qué países reciben primeros y últimos el Año Nuevo?
El “capricho” de los husos horarios -esa convención internacional que divide al planeta en 24 franjas que estipulan la hora de cada lugar- quiso que tanto los países que reciben primeros el Año Nuevo, como aquellos que lo reciben últimos, se encuentren todos en el corazón del Océano Pacífico. Y a pocos kilómetros de distancia entre sí en algunos casos. Unos ya en la cena de fin de año y esperando los fuegos artificiales del Año Nuevo. Los vecinos de al lado yéndose a dormir y esperando que la tierra de todo el giro sobre si misma para empezar los festejos propios, que serán el último festejo de las 24 horas de celebraciones.
Los países que reciben primeros el Año Nuevo son la República de Kiribati y Samoa. Mientras que quienes reciben últimos el Año Nuevo, recién un día después, son el estado de Hawaii, Samoa Americana y las pequeñas islas de Howland y Baker, todos pertenecientes a los Estados Unidos.
Qué países reciben primeros el Año Nuevo
Kiribati es el primer país en recibir el Año Nuevo junto a Samoa, los dos en el Pacífico.
La casi desconocida República de Kiribati, un archipiélago formado por 33 islas al noroeste de Australia, ostentó durante décadas la exclusividad de ser el primer país en recibir el Año Nuevo: la isla de Kiritimati -que con sus 388 kilómetros cuadrados ocupa más de la mitad del territorio- se encuentra en la parte más oriental del mundo y, por lo tanto, es el primer lugar que sobrepasa la Línea Internacional de Cambio de Fecha.
Desde hace casi una década, sin embargo, los 6.500 habitantes de la capital de Kiribati, en la isla de Kiritimati (su nombre significa Navidad, porque los primeros pobladores llegaron al territorio un 25 de diciembre) deben compartir el privilegio de recibir primeros el Año Nuevo con sus casi 200.000 vecinos del archipiélago de Samoa, ubicado a 2373 kilómetros de distancia, también en la Polinesia.
En 2011, el gobierno de Samoa decidió suprimir el 30 de diciembre y saltar, sin escala, de la noche del 29 a la madrugada del 31. La razón: fortalecer las relaciones comerciales con las poderosas y cercanas China, Australia y Nueva Zelanda, que por sus husos horarios, tenían casi un día de diferencia con Samoa. Esta pirueta en el tiempo le significó a Samoa pasar de ser el último país en recibir el Año Nuevo -seis horas después de Nueva York, trece después de Rusia y veintiuna horas luego de Sidney- a convertirse junto con Kiribati en uno los primeros en estrenar calendario.
Tres horas más tardes de estos primeros festejos, terminada la cena de fin de año, aparece en escena la primera potencia que recibe el Año Nuevo: Australia, con sus célebres y coloridos fuegos artificiales iluminando la Bahía de Sidney y visto por el mundo entero, en vivo y en directo, por televisión y todas las plataformas audiovisuales.
Los relojes del Kremlin festejarán el Año Nuevo once horas después que Kiribati.
Pero la tierra gira y gira y mientras ya son las 11 de la mañana del 1° de enero en Kiribati, las doce campanadas del reloj del Kremlin marcan la medianoche del 31 de diciembre en Rusia. Y tres horas más tarde suenan las del Big Ben, sobre el Río Támesis, en la maravillosa ciudad de Londres.
Y cuando en la congelada y fría madrugada de París los jóvenes alargan sus festejos por el río Sena, es el turno de Argentina, donde el Año Nuevo coincide con los primeros días del verano, y muchas mujeres estrenan ropa interior rosa en busca de buena suerte. En ese momento también “aterriza” el año en Brasil, donde la tradición indica que hay que vestirse de blanco para espantar a los malos espíritus y, por qué no, habrá quienes reemplacen el champán por unas buenas caipirinhas. El lugar clave: la emblemática playa de Copacabana, en la «Ciudad Maravillosa» de Río de Janeiro.
Seis horas antes del último Año Nuevo, se enciende toda la magia de Río de Janeiro.
Qué países reciben últimos el Año Nuevo
Nos acercamos a las últimas horas de festejo y miles de personas ya están caminando por Manhattan, la ciudad donde hasta las vidrieras festejan. En Nueva York, como en Washington, el Año Nuevo llega 19 horas después que en Kiribati y Samoa y seis horas antes que en dos paraísos «colistas» como Hawaii y Tahiti.
En el ya tradicional Times Square las celebraciones comienzan a las 5 de la tarde. Segundos antes de la medianoche, hipnotizados ante la Ball Drop que brilla encendida en la esquina de 7th Ave y 43 Street y pese a las bajas temperaturas, una multitud comienza la masiva cuenta regresiva («countdown») de los relojes, y es tradición de las parejas darse un beso como símbolo de amor eterno.
El famoso beso del amor eterno que se dan las parejas en Times Square, Manhattan.
Finalmente, de nuevo en el Océano Pacífico, es el turno de Hawaii junto a otro paraíso pero del Pacífico Sur como Tahiti, que atraen a los turistas para el comienzo de un nuevo año. Hawaii y Tahiti son los últimos en festejar, junto a Samoa Americana, Howland y Baker, tres islas del Pacífico que pertenecen a los Estados Unidos.
En este link es posible ver cuánto tiempo falta para el Año Nuevo 2020 y a qué hora lo recibirán en cada país y ciudad del mundo.
FUENTE: EL CLARIN