A pesar de existir 3 mil 181 casos confirmados, se estima que a nivel nacional existen 26 mil 519 casos de la enfermedad, informó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez al explicar el Modelo de Vigilancia Centinela que utilizan las autoridades sanitarias en México para analizar el desarrollo de la pandemia por COVID-19.
El funcionario de salud explicó que este modelo comenzó a usarse en 2006, junto con los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con el objetivo de conocer:
cómo se comporta la pandemia de COVID-19 en México y cómo se tienen que tomar las decisiones de control y prevención de acuerdo a la realidad que se identifica. Al mismo tiempo, nos permite asumir la realidad
Hizo hincapié en que no solo los datos confirmados son los que existen, pues esos son los casos que han sido visibles para las autoridades y a partir de ahí es posible estimar “cuantos hay en la población que no ví”
El Modelo Centinela de Vigilancia Epidemiológica considera tanto a los casos que se han confirmados como los que no llegaron a consulta, puesto que «de lo que se ve, la epidemia es 8 veces más grande (…) Por eso, cuando teníamos 12 casos, fue suficiente para tomar la decisión de medidas de mitigación masivas (contra COVID-19)”. Y este sistema registra la probable cantidad real de contagios a nivel nacional.
Es decir, en lugar, de interrogar a los 127 millones de mexicanos, lo cual sería una tarea titánica y casi imposible, se toma una muestra de miles para hacer una inferencia estadística que permita calcular la dispersión potencial de la enfermedad.
De los tres mil ciento y tantos que acabamos de informar, hay otros que no llegaron a consulta pero estos métodos nos permiten decir, con razonable certidumbre: ahí están
Las estimaciones están basadas en los datos confirmados en el país hasta el momento, por eso la cifra supera los 26 mil casos. “El número de casos es la mínima pieza de información que uno puede tener” para estimar la cantidad total de que pudieran existir.
El modelo fue comparado con las encuestas de opinión, pues permiten estimar o apreciar de manera general algún fenómeno. Este utiliza dos componentes: la vigilancia clínico-epidemiológica y la vigilancia por laboratorio, donde considerando a la actual pandemia se cuenta con un listado de 14 virus.
Comparó el modelo estadístico que ocupan en México con el “error metodológico” de intentar contabilizar todos los casos, como en otros países. El funcionario explicó que las confirmaciones masivas dejan fuera aquellos contagios que no se verificaron por distintas razones como “no estaba los suficientemente grave como para acudir a un hospital o estaba muy grave y ni siquiera llegó al hospital, o llegó al hospital y no fue detectado”.
El 80% de los casos en México, las personas pueden mantenerse en sus casas y recuperarse entre 10 y 14 días, quedando sin secuelas e inmunes a la enfermedad. Esos casos “no van a quedar registrados, pero lo sabemos (los reconocemos), porque estamos usando un método científico de vigilancia (estadística)”.
Modelo Centinela
Este sistema sigue, en términos generales, lo recomendado por el protocolo genérico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y es análogo al utilizado por los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de los Estados Unidos y por la Agencia de Salud Pública de Canadá (PHAC). Fue implementado desde 2006 y de acuerdo con la Secretaría de Salud esta orientado a:
1. Monitorear tendencias de la ocurrencia del evento para la identificación de umbrales de riesgo y generación de alertas epidemiológicas.
2. Monitorear las características biológicas de los agentes infecciosos.
3. Estimar, de acuerdo a las condicionantes propias de esta estrategia, la carga de enfermedad y demanda de atención en los servicios de salud.
4. Monitoreo de los patrones de distribución geográfica y social de la enfermedad.
5. Monitoreo de la utilización de servicios de salud.
6. La vigilancia de la mortalidad asociada con el evento.
7. Emplear de forma más efectiva y eficiente los recursos humanos y materiales existentes.
8. Orientar y monitorizar el impacto de las intervenciones de prevención y control.
9. Fortalecer la investigación epidemiológica, clínica y de laboratorio y el trabajo multidisciplinario.
FUENTE: Infobae