CANCÚN, Q. ROO.- Cancún vivirá una etapa histórica cuando la mayoría de hoteles y prestadores de servicios turísticos paulatinamente reabran después de la primera ola de contagios del Covid-19 y la entrada a “la nueva normalidad”, en la que habrá más gel sanitizante que bronceador y mar candente, más cloro en las suelas que arena blanca en las chanclas y más sana distancia que besos.
Las secretarías estatales, de Salud y la de Turismo, ya comenzaron a recibir las primeras solicitudes para obtener el Certificado en Materia de Protección y Prevención Sanitaria de Instalaciones Turísticas (CPPSIT) de Quintana Roo, el cual tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre, y cuyas disposiciones cambian todos los paradigmas hasta ahora conocidos de servicio al turista, dando un peso mayor al esquema higiénico por sobre todas las cosas.
Al bajar del avión, el turista ascenderá a un taxi donde el conductor estará con indumentaria desinfectada y guantes de nitrilo, le ofrecerá gel antibacterial apenas abra la puerta, sus maletas se llevarán en una cajuela previamente sanitizada, no podrán ir más del 75 por ciento de los pasajeros permitidos, si no tiene cubrebocas (siempre será obligatorio) se le ofrecerá uno sin costo. Bien ya pasó el primer filtro, pero cuando llegue al hotel un tapete de cloro u otro componente similar desinfectante someterá su calzado a un filtro sin rastros de coronavirus.
Todos estos procesos se han delineado por las autoridades estatales con infinidad de criterios para diferentes situaciones de servicio, como protocolos en la alberca, en el restaurante, en algún centro temático, en una reunión o talleres, en las habitaciones.
Esta certificación, en resumen, es para cumplir con un conjunto de protocolos constituidos por criterios de carácter obligatorio y basados en estándares internacionales, nacionales y estatales, para garantizar a los miles de turistas durante su estancia en Quintana Roo, disposiciones adecuadas como un ambiente limpio, con sana distancia, en instalaciones seguras y plenamente desinfectadas. El CPPSIT será autorizado por un comité técnico.
Los prestadores de servicios son hoteles, agencias de viajes, negocios de alimentos y bebidas, arrendadoras, balnearios y parques acuáticos, campos de golf, empresas de hospedaje, marinas turísticas, parques temáticos, spas, transportadoras turísticas, guías de turistas, operadoras de aventura/naturaleza, operadoras de buceo y actividades acuáticas, más otras instalaciones relacionadas con el sector turístico.
El objetivo es mantener las medidas sanitarias necesarias para la prevención y contención del Covid-19, así como apoyar a la industria turística de Quintana Roo para la incorporación de buenas prácticas de proyección y prevención sanitaria, con el fin de dotar de confianza y certeza a sus clientes, colaboradores y a la comunidad en general, señala el extenso documento de 54 páginas entregado a las empresas del ramo en la entidad.
El beneficio para el estado, explican en las valoraciones, es la reducción de riesgos sanitarios, y para cumplirlo han dispuesto de una lista de varios criterios con algunas recomendaciones como, por ejemplo, en restaurantes: los aforos del 50 por ciento de la capacidad son considerados con base en mantener distancias seguras entre las personas; la distancia establecida entre personas es de 1.5 metros.
En todo momento, tanto en hoteles como en otros lugares, se tomará la temperatura con sistemas a distancia, las cuales se registrarán en entrada y salida; desinfección de manos de por lo menos cada 30 minutos con el apoyo de anuncios con medidas básicas de prevención sanitaria para trabajadores que atienden directamente en mostradores u otros a turistas; se expondrán carteles con síntomas básicos de infecciones respiratorias en exteriores e interiores.
También se colocarán en zonas estratégicas tapetes desinfectantes; se pide se coloquen dispensadores de gel y toallitas desinfectantes en casi todas las instalaciones; se deben proporcionar cubrebocas a los clientes que lo solicitan; la señalética para exigir la sana distancia en áreas abiertas y públicas; el cliente no comparte elevadores con personal turístico; los elevadores tendrán que ir a la mitad de su capacidad; privilegiar información digital por encima de la impresa; no uso de materiales impresos como folletos, revistas, periódicos; además, se tiene ya un protocolo establecido para atender casos sospechosos y confirmados de Covid-19, donde habrá un espacio especial para personas confinadas.
Hay muchos más criterios, pero destacan dos que han llamado la atención sobremanera: El primero es que el personal de limpieza asignado debe contar con un estado de salud libre de comorbilidades como diabetes, hipertensión u obesidad. El segundo, es que las albercas tendrán una concentración de 2ppm de sanitizantes del agua y todos los clientes deberán bañarse con jabón líquido, el cual será colocado en las regaderas de servicio, al entrar y salir. Esa será la nueva normalidad en el turismo de aquí en adelante.
FUENTE: Luces del Siglo