COZUMEL, Q. ROO.- Durante los primeros 74 días de 2020 habían llegado a Cozumel 374 cruceros transportando a un millón 131 mil 600 personas; desde entonces, 129 días transcurridos hasta este 14 de julio, todo se detuvo y los indicadores están en cero. Una industria que reporta grandes pérdidas, pues sólo de la empresa más grande, Carnival Corporation, será de 4.4 mil millones de dólares en el primer trimestre por la tragedia del Covid-19.
Los anteriores datos proporcionados por la Administración Portuaria Integral de Quintana Roo, muestran la crisis de esta industria, que según Bloomberg sólo un pequeño puñado de los aproximadamente 400 cruceros del mundo han podido aceptar pasajeros, todo en itinerarios hiperlocales.
Es decir, unas pocas docenas están navegando por el mundo con el propósito de repatriar a miembros de la tripulación de todos los rincones del mundo. El resto está inactivo en el purgatorio de cruceros, incapaz de navegar comercialmente en el futuro previsible. (En los EE. UU., la industria acordó no reanudar los negocios al menos hasta el 15 de septiembre)
En Cozumel, Quintana Roo, el principal puerto de cruceros del Caribe, desde mediados de marzo a la fecha, han llegado solo cuatro cruceros con 149 pasajeros, con los mismos propósitos de los que navegan por el mundo: repatriar o regresar a la tripulación a sus lugares de origen o para transportar a pequeños grupos recuperados del Covid-19 en otros países.
El gasto es asombroso, señala por otro lado una investigación de Bloomberg, cuando cita una reciente presentación ante la SEC, de Carnival Corp., cuyas nueve marcas comprenden la compañía de cruceros más grande del mundo, y en la que se explicó que sus gastos actuales de envío y administración ascenderían a 250 millones de dólares al mes una vez que todos sus barcos estén en pausa.
La compañía duda de que la reactivación comience el 15 de septiembre como se tiene programado, por lo que aseguró que “no puede predecir cuándo se reanudarán los cruceros” en medio de una incertidumbre donde el balance económico registró pérdidas de 4.4 mil millones de dólares, sólo durante el segundo trimestre.
El mayor problema al que se enfrenta esta industria es que no hay suficiente espacio en los puertos para que cada barco atraque a la vez, especialmente para los grandes barcos que normalmente transportan hasta 8 mil 880 pasajeros y tripulantes.
Según Bill Burke, un vicealmirante retirado de la Marina de Estados Unidos, el principal oficial marítimo de Carnival, llevar los 105 barcos de la compañía a sus destinos de pausa: 20 en el Caribe, 40 en Europa, 35 en Asia y 10 en el Pacífico oriental, es un proceso que se extenderá hasta el tercer trimestre del año.
En caso de huracanes u otro mal tiempo, los barcos deben poder moverse. También tienen que cumplir con las regulaciones ambientales, de seguridad y de otro tipo o arriesgarse a multas severas, cargos penales y otras sanciones, dice Burke. En 2016, por ejemplo, Carnival recibió una libertad condicional de cinco años y una multa de 40 millones dólares por una condena por contaminación.
Esta industria navega contra reloj, porque después de tan solo seis meses, los barcos pueden perder ciertas certificaciones que les permiten navegar legalmente. Otros serán enviados como chatarra.
FUENTE: Luces del Siglo