CIUDAD DE MÉXICO.
Sin duda, uno de los mayores placeres cuando eres niño es comer malvaviscos o bombones. ¿Alguna vez te preguntaste de qué están hechos?
Debes saber que estos bocadillos dulces pertenecen a los alimentos más arcaicos del mundo, ya que existen pruebas de que en la antigüedad se elaboraban a partir de agua hervida y mezclada con pulpa de raíz de malva (una planta que crece en pantanos y tiene un tallo carnoso); a esto se le combinaba con azúcar hasta espesar.
Foto: istock
La cultura egipcia, en el año 200 a. C., preparaban esta raíz con miel y de esta combinación nació un dulce que era exclusivo de dioses y de la dinastía de la realeza.
Sin embargo, este no era el único uso de la malva, pues también se sabe que era utilizada por médicos árabes para calmar la tos y el dolor de garganta, así como diversos dolores del cuerpo.
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Los malvaviscos o bombones que conocemos hoy en día fueron vistos por primera vez en 1850 en Francia. Para crearlos se usó la raíz malva como aglutinante, claras de huevo, jarabe de maíz y agua.
De esta poderosa mezcla nace el malvavisco contemporáneo y cuya masa se calentó hasta tomar la consistencia viscosa que conocemos; se le vació en moldes y tomó forma de los malvaviscos que todos hemos degustado.
En 1900 se convirtieron en una de las golosinas más populares y contaban ya con su característico “empanizado” de almidón; se les conseguía en latas y se producían a gran escala mediante máquinas automáticas.
Para 1955, solo en EU ya existían 35 compañías productoras de estos caramelos y fue Alex Doumak, de Doumak Inc., quien patentó el método para elaborarlos y revolucionó la historia en la elaboración de malvaviscos, ya que se fabricaban en solo 60 minutos.
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En México el panorama no fue tan diferente, pues los malvaviscos se elaboraron primero con grenetina, saborizantes, azúcar y claras de huevo; para complementarlo se espolvorearon con una mezcla de azúcar glass y almidón.
Ahora los ingredientes que se utilizan son pirofosfato tetrasódico, sabores artificiales, jarabe de maíz, azúcar, dextrosa, almidón de maíz, agua y grenetina.
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El azúcar se obtiene de la caña de azúcar y cuya composición es de 50% de fructosa y 50% de glucosa. Mientras que el jarabe de maíz es un ingrediente espeso que obtiene del almidón de maíz y su composición es de un 53% de glucosa, 42 % de fructosa y 5% de polisacáridos.
¿Los has probado?
FUENTE: EXCÉLSIOR