El retroceso en el semáforo epidemiológico no sólo afectará los aforos en establecimientos y la movilidad, sino también los planes que había para el regreso a clases presenciales en Quintana Roo.
Ana Isabel Vásquez Jiménez, titular de la Secretaría de Educación en el estado (SEQ), explicó que el rebote de color amarillo a naranja hace más lento el proceso de retorno de los alumnos a las aulas físicas.
Una de las condiciones para iniciar las actividades es un estado de la pandemia estable y controlado, independiente de que el personal docente ya tiene fecha para ser vacunado contra el SARS-CoV2.
De acuerdo con la funcionaria, los planes para la reactivación presencial del sector educativo deberán desacelerar para adaptarse a las condiciones que dicta el semáforo epidemiológico actual.
Cabe mencionar que esto también podría afectar las intenciones de la Asociación de Padres de Familia del estado, que pretendía iniciar en mayo algunas labores de rehabilitación en zonas urbanas, donde se concentra la mayoría de los 150 robos registrados a planteles.
Otro aspecto que el cambio de semáforo afectará es el plan que la dependencia trabaja para subsanar la brecha entre los universitarios, en donde la intención es que puedan retomar a las prácticas presenciales correspondientes a su área de especialización, para evitar un mayor rezago en su desempeño profesional.
“Estamos a punto de expedir un acuerdo en donde las materias prácticas -estoy hablando de quien estudia medicina, las prácticas de laboratorio, los campos clínicos, así como cocina, comunicación, derecho- todos podrán regresar paulatinamente a las practicas una vez que el semáforo vuelva a estar en amarillo”, dijo Vásquez Jiménez.
La preocupación de las autoridades educativas es que los casos de COVID-19 en la entidad continúan a la alza, complicando más el panorama del sistema educativo presencial.
“Todo será paulatino, escalonado. Si me preguntan en qué fecha vamos a estar todos juntos los 30 que éramos en grupo, no tenemos fechas, pero tenemos que regresar a las materias prácticas, reflexionar sobre cómo aprendieron, en qué necesitamos reforzar antes de que se vayan, para que las competencias profesionales queden fijas pese al año de ausencia”, dijo.
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