El sargazo comenzó a ser una preocupación desde marzo, cuando la llegada del alga pasó de un estimado de 4.6 millones de toneladas en la región del Caribe y del Golfo de México a más de 10 millones de toneladas, según datos de la Universidad del Sur de Florida y la NASA. Para abril, el movimiento de sargazo se estimó en 10.6 millones de toneladas, sólo superado por el máximo histórico registrado en abril de 2018, de 12.6 millones de toneladas.
De acuerdo con el boletín del pasado mayo del Laboratorio de Oceanografía Óptica de la Universidad del Sur de Florida, la expectativa es que el sargazo incremente de manera sostenida durante el verano, con importantes cantidades del alga previstas, al menos, hasta finales de julio.SARGAZO
Para la industria turística, poco se puede hacer contra el sargazo. “Es como si me preguntaras cómo combatimos a un huracán”, señala Braulio Arsuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET). “Nos preparamos, pero depende de la fuerza de huracán que salgamos mejor o peor librados. Aquí es un tema donde si se cumplen las previsiones de la Universidad del Sur de Florida, va a ser complicado porque pudiéramos tener los mismos niveles de 2018”.
La Secretaría de Marina (Semar) tiene identificada la presencia de sargazo en la región que va de la Península de Yucatán a la región noroeste del Caribe. Sin embargo, la afectación a destinos no es igual en todos los casos.
Roberto Cintrón, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, afirma que en Cancún el sargazo no representa una afectación, y su presencia es poca en otros mercados como Puerto Morelos e Isla Mujeres. “No es algo por lo que haya cancelaciones ni salidas anticipadas”, dice.
Sin embargo, en regiones como Tulum comienza a ser insostenible, pues el retiro del alga es diario entre hoteleros y autoridades, lo que ha llevado a la saturación de los predios donde se deposita el alga, según dijo Juan Noriega, director de la Asociación de Hoteles de Tulum, al diario El Sol de México.
“Uno de los puntos más fuertes de presencia de sargazo es Tulum, donde se ha encontrado una gran cantidad, ha sido un reto mayúsculo”, dice Arsuaga al respecto.
Sargazo en las playas mexicanas: impactos, difíciles de estimar
Tener una problemática como el sargazo en un momento como éste, donde la industria apenas se levanta de la pandemia, es grave, pero no es fácil saber en qué medida debido a que se suma a la incertidumbre y nerviosismo provocados por el COVID-19.
“Es difícil saber qué tanto nos puede llegar a pegar”, refiere Arsuaga, quien ve un impacto a corto plazo en términos de la percepción que un viajero puede tener sobre un destino. “Muchas plataformas comerciales te alertan de la existencia de sargazo, pero no segmentan en qué partes sí hay y en cuáles no”, dice.
Hasta el pasado 28 de junio, la zona hotelera de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres registraban una ocupación acumulada de 63.1% en conjunto, con 191 hoteles operando y 14 en cierre temporal, por causas no especificadas.
Para julio, la región estima estar en ocupaciones de 50%, más un 20% adicional para los hoteles que tengan una certificación sanitaria por parte de Sedetur, refiere Citrón.
Sin embargo, a largo plazo las afectaciones podrían ser más graves. Un reporte de julio de 2020 elaborado por las secretarías de Turismo y de Medio Ambiente y de Recursos Naturales, entre otras dependencias, advirtió que el sargazo ocasionó que comunidades de pastos marinos fueran reemplazadas por algas calcáreas entre 2014 y 2015, lo que tuvo como resultado una pérdida de la biomasa debajo de la superficie cubierta por las algas estimada entre 61.6 y 99.5%
Tan sólo la pérdida de pastos marinos se traduce en una pérdida económica anual estimada en 186.9 millones de dólares por servicios de control de erosión hídrica, y eventualmente puede repercutir en impactos negativos en otros activos naturales como arrecifes, o la perdida de playa.
Aunque el manejo de niveles de sargazo como los actuales suele recaer en los hoteleros y autoridades municipales, Arsuaga advierte que, de presentarse cantidades mayores, será un reto. “El impacto es grande a final de cuentas, porque es un fenómeno natural difícil de combatir”.
FUENTE: EXPANSION