Cancún, Quintana Roo a 08 de Octubre del 2021: Acudir a la cafeína no es la única manera de alcanzar mejores niveles de concentración diariamente, revela un estudio de Harvard.
Son las diez de la mañana. Mientras trabajas en una base de datos —o en algún documento que tienes que preparar hoy mismo—, entra un mensaje de WhatsApp. Ves de reojo para saber quién es, y te das cuenta de que es solamente el grupo de la familia, en donde están todas tus tías mandando oraciones en cadena y bendiciones por un nuevo día. Decides ignorarlo: no es tan importante.
¿En qué ibas? Ah, cierto: el documento. En ese instante entra una notificación de Facebook, de tu mejor amigo. Sus memes siempre te hacen reír. Entras a la aplicación y ahí está: otro video de gatitos. Inmediatamente después, te aparece publicidad sobre boletos de avión a Cancún. ¿No habías tenido esa conversación justamente ayer con tu pareja? Y así, ya te desconcentraste por completo.
Lo que originalmente te iba a tomar, a lo sumo, media hora en el trabajo o la escuela, sencillamente se ha vuelto imposible de terminar el día de hoy. Entre correos interminables y el estímulo constante de las redes sociales, nuestro cerebro se ha acostumbrado a estar híper-alerta, ávido de nueva información que no termina de procesar. Por ello, un equipo de psicólogos en Harvard diseñaron una serie de estrategias para mejorar la concentración. Estas son algunas de ellas.
Escribir lo que tienes que hacer
El estudio se tituló “Una mente dispersa es una mente infeliz”, publicado por la revista Science, y se enfoca en cómo es que los seres humanos hemos perdido la capacidad de concentración en las últimas décadas. Para ello, antes que nada, el equipo de Harvard sugiere a las personas que escriban la lista de cosas que tienen que hacer en el día, preferentemente en orden de importancia.
De esta manera, será más sencillo consultar todas las tareas que tienen que terminarse diariamente. Aunque reconocen el valor de las aplicaciones digitales para organizar el calendario, los expertos aseguran que siempre es mejor escribirlo a mano, sobre papel. Aunque todavía no se sabe con certeza por qué, hacer el esfuerzo de plasmar las actividades en una libreta o en una hoja física tiene un efecto más duradero en la mente.
Tomar café (o bebidas con cafeína)
Es un clásico: en las mañanas, la rutina de millones de personas en el mundo contemplan café para activarse. A nivel cerebral, la cafeína estimula al sistema nervioso y lo activa, para que esté más alerta. De la misma manera, aumenta la presión arterial y el metabolismo, y así, llega más sangre al cerebro.
De esta manera, estamos ayudando a nivel físico a nuestro cuerpo a que pueda alcanzar niveles más altos de concentración. De acuerdo con Rémy Furrer, psicólogo de la Universidad de Virginia, si sabemos canalizar nuestros pensamientos adecuadamente, es más probable que logramos enfocarnos en una sola cosa. La cafeína —ya sea en café o en té—, sólo hace que el proceso sea más sencillo.
Tener una rutina de sueño sana
Antes que nada, si el cuerpo no tiene un descanso suficiente y adecuado, le será mucho más difícil concentrarse. De inicio, según los psicólogos de Harvard, es necesario tener higiene del sueño: no se trata necesariamente de dormirse temprano, sino de respetar un horario establecido.
De esta manera, obligamos al cuerpo a conocer una misma ruta todos los días. Por ejemplo, si decidimos no estar despiertos más allá de las 10 de la noche, el organismo se acostumbra a dormirse a esa hora. Sin embargo, hay que conocer bien nuestro cronotipo, de manera que sepamos cuándo estamos naturalmente programados para estar más activos.
Pasar tiempo en la naturaleza
Dos horas a la semana en contacto con la naturaleza son suficientes para estimular la actividad cerebral. “Es algo que la mayoría de los padres saben intuitivamente. Cuando los niños tienen la oportunidad de jugar libremente en la naturaleza, son más felices, se comportan mejor y están más conectados socialmente ”, explica Carolyn Schuyler, fundadora y directora ejecutiva de Wildrock, un centro de juegos y descubrimiento de la naturaleza en Virginia.
Con los adultos pasa lo mismo. Cuando nos alejamos de la solemnidad de concreto en las ciudades, el estrés por el trabajo y el sentimiento abrumador de las responsabilidades en casa se hacen más tenues. Los efectos en el cerebro se aprecian specialmente cuando relacionamos nuestro espacio en la naturaleza con algún tipo de actividad física. Correr, caminar, jugar: todas estas actividades estimulan al cerebro en un escenario diferente, de manera que cuando volvemos a trabajar, podemos concentrarnos mejor.
Para mayor concentración, hacer otra cosa
Los científicos de Harvard tienen claro que forzar la concentración es un error. Según reporta un artículo para la BBC, aunque parezca contra-intuitivo, “permitir que su mente divague puede ser uno de los mejores enfoques si tiene dificultades para concentrarse”.
Por esta razón, permitirle a la mente un momento de descanso durante las jornadas de trabajo intenso no sólo es aconsejable, sino necesario para quienes requerimos de concentración por largos periodos de tiempo. De esta forma, el cerebro siente que no está usando toda su energía en un mismo propósito, sino que diversifica su actividad. En los tiempos de ocio, además, suelen florecer las mejores ideas.