EL BESTIARIO
El escritor de ‘Charly y la fábrica de chocolate’ Roald Dahl explicó en una carta por qué hay que vacunar a los niños de sarampión, recordando a su hija fallecida por el virus, el brote de Disneyland y los ‘antivacunas’
SANTIAGO J. SANTAMARÍA
“Olivia, mi hija mayor, cogió el sarampión cuando tenía siete años. Mientras la enfermedad seguía su curso natural, recuerdo que le leía cuentos en la cama sin sentirme especialmente alarmado por su estado. Entonces, una mañana, cuando ya estaba en el camino de la recuperación, yo estaba sentado en su cama enseñándole cómo crear animalitos a partir de tubos de colores, y cuando le tocó a ella hacer uno me di cuenta de que sus dedos y su mente no trabajaban a la vez y no podía hacer nada. ‘¿Te encuentras bien?’, le pregunté. ‘Tengo sueño’, dijo. En una hora estaba inconsciente. En 12 horas estaba muerta.
El sarampión se ha convertido en una cosa terrible llamada encefalitis por sarampión y no hay nada que los doctores puedan hacer por ella. Esto ocurrió hace 24 años, en 1962, pero aún ahora si un niño con sarampión por alguna casualidad desarrollara la misma reacción mortal al sarampión que Olivia, no habría nada que los médicos pudieran hacer. Por otra parte, hay algo que hoy los padres pueden hacer para asegurarse que este tipo de tragedia no le pase a uno de sus hijos. Pueden insistir en que su hijo se vacune contra el sarampión. Yo no pude hacer esto por Olivia en 1962 porque en aquellos días no había sido descubierta una vacuna fiable contra el sarampión. Hoy existe una vacuna segura y accesible para todas las familias y lo único que tienes que hacer es preguntar a tu médico cómo administrarla.
Aún no está muy aceptado que el sarampión sea una enfermedad peligrosa. Creedme, lo es. En mi opinión los padres que se niegan a vacunar a sus hijos están poniendo las vidas de sus hijos en peligro. En América, donde la vacunación es obligatoria, el sarampión como la varicela han sido erradicados. Aquí en Gran Bretaña, como hay tantos padres que se niegan por obstinación o ignorancia o miedo a que sus hijos se vacunen, todavía tenemos 100.000 casos de sarampión al año. De esos, más de 10.000 sufrirán efectos colaterales de algún tipo. Al menos, 10.000 desarrollarán infecciones de oído o de pecho. Unos 20 morirán.
Entonces, ¿cuáles son los riesgos a los que sus hijos se enfrentarán si se vacunan? No hay casi ninguno. Escucha esto. En un distrito de unas 300.000 personas, ¡un niño desarrollará serios efectos colaterales por la vacuna cada 250 años. Una oportunidad entre un millón. Creo que habría más posibilidades de que tu hijo se muriera por asfixia al comerse una chocolatina que se pusiera enfermo de verdad por la vacuna del sarampión. Entonces, ¿de qué te preocupas? Es casi un crimen no vacunar a tus hijos. El mejor momento para la vacuna es a los 13 meses, pero nunca es tarde. Todos los niños en edad escolar que todavía no han sido vacunados deberían rogar a sus padres que les compraran una cuanto antes.
Casualmente le dediqué dos de mis libros a Olivia, el primero fue ‘James y el melocotón gigante’. Ese fue cuando aún estaba viva. El segundo fue ‘El gran gigante bonachón’, dedicado a su memoria después de que muriera de sarampión. Verás su nombre al comienzo de cada uno de estos libros. Y sé lo feliz que sería si solo pudiera saber que su muerte ha servido para ahorrar una gran cantidad de enfermedades y muertes de otros niños”.
En México hay dos casos relacionados con este brote, quienes viajen con sus hijos a Disneyland deben tomar medidas sanitarias
Esta es la carta que Roald Dahl escribió en 1988 para concienciar a los padres de que vacunaran a sus hijos contra el sarampión y que puede ser leída en su página web. Su hija había muerto en 1962 a causa de una encefalitis provocada por el virus. El autor de ‘Charly y la fábrica de chocolate’ escondió el texto y su dolor en el cajón de un mueble en su cabaña en Great Missenden, Gran Bretaña. Esta cruda y directa misiva apareció poco después de su muerte. Pero ha sido hace un par de días cuando se ha vuelto a recordar hasta convertirse en un fenómeno viral en las redes sociales.
Buzzfeed, la publicación estadounidense especializada en contenidos que se comparte en Internet, recordó la carta y la publicó este lunes. El diario The Telegraph ha añadido que fue encontrada en un cajón tiempo después de la muerte del escritor. La viralidad que ha conseguido la misiva tanto tiempo después, se debe a que coincide con el brote de sarampión que el pasado diciembre comenzó en el parque de atracciones de Disneyland. El contagio afecta ya a catorce estados, en especial al de California, con más de 100 casos registrados hasta el momento. En México hay dos casos relacionados con este brote. El Gobierno de Enrique Peña Nieto ha pedido a quienes viajen con sus hijos a Estados Unidos tomen las medidas sanitarias pertinentes para evitar contagios.
Un médico británico publicó en The Lancet un estudio, vinculando la vacuna triple vírica con el autismo, de conclusiones falsas
¿Por qué este brote ha revolucionado el país? Al mismo tiempo que el sarampión se expande afectando especialmente a niños, resurge el movimiento antivacunación en Estados Unidos. En 1998, la revista The Lancet publicó un estudio del médico británico Andrew Wakefield en el que se vinculaba a la vacuna triple vírica -para la inmunización contra el sarampión, la parotiditis y la rubeola- con el autismo. Más de una década después, en 2010, la publicación decidió retirar de su archivo el artículo ante la presión del sector sanitario y tras descubrir que las conclusiones eran falsas. Para entonces, el daño ya estaba hecho.
A los padres estadounidenses que aún creen en esta vinculación entre autismo y sarampión, se une la comunidad Amish, otros colectivos con convicciones religiosas férreas, sobre todo en los estados del sur, y una comunidad residente en la zona de Los Ángeles y San Francisco: familias ricas y bien educadas que optan por un estilo de vida natural y se oponen a que a sus hijos “les inyecten toxinas”, según se explica en un reportaje de The New York Times.
Aunque el sarampión se erradicó en el año 2000 en este país, solo entre 2013 y 2014 se registraron más de 600 casos, según el Centro para el control y la prevención de enfermedades de EE UU (CDC por sus siglas en inglés). La mayoría de los brotes producidos están causados por turistas. Es decir, los focos se suelen encontrar en extranjeros que visitan el país como en el caso del visitante de Disneyland.
Brendan Nyham, analista político y colaborador de The New York Times, ofrece respuestas a esta repentina alarma social ante una cifra importante, pero no epidémica: “El debate política y social generado [en referencia a los movimientos antivacuna] terminan polarizando la cuestión en términos políticos y no consiguiendo un verdadero conseso sobre la necesidad o no de vacunarse”.
“La ciencia es clara: la tierra es redonda, el cielo es azul y las vacunas funcionan. Protejamos a nuestros hijos”, tuit de Hillary Clinton
En esta ocasión el debate se ha trasladado de manera natural de la prensa tradicional a las redes sociales. Desde que el pasado diciembre se informara del primer caso, se han compartido casi 300.000 mensajes en Twitter, según datos de Topsy, la herramienta de medición de esta red social. La revista semanal The New Yorker le ha puesto un poco de humor a la epidemia ante la alarma que estaban alcanzando los portavoces antivacunas. “Si conectas los puntos del sarampión dice: Mis padres son idiotas”, ha escrito Emily Flake en su viñeta, otra de las imágenes más compartidas sobre el tema.
Este virus se ha convertido en una cuestión casi de Estado en la que se ha visto involucrado el presidente Barack Obama quien, horas antes de la final de la Super Bowl, alentó a los padres a que vacunaran a sus hijos en una entrevista en el canal de televisión NBC. Hillary Clinton, ex secretaria de Estado, no tardó en lanzar un mensaje similar en su cuenta de Twitter: “La ciencia es clara: la tierra es redonda, el cielo es azul y las vacunas funcionan. Protejamos a nuestros hijos”. En menos de 11 horas, más de 18.000 personas han compartido este tuit, hasta el momento.
Se trata del peor contagio desde que se erradicó la enfermedad hace 15 años, los padres ‘antivacunas’, debate político Washington
El brote de sarampión con origen en el parque de atracciones Disneyland de Anaheim, California, ha alcanzado ya el centenar de casos, repartidos por 14 estados, y la preocupación por las vacunaciones ha llegado a la esfera política de Washington. El brote, el más grave en este siglo, ha puesto el foco sobre la decisión de algunos padres de no vacunar a sus hijos, una práctica a la que muchos responsabilizan directamente de la velocidad con que se está extendiendo una enfermedad que se consideraba erradicada.
El Departamento de Salud Pública de California ha localizado el origen del brote actual en una persona que visitó el parque Disneyland entre el 15 y el 20 de diciembre de 2014. En el mes de enero ha detectado 102 casos de sarampión, el 92% de ellos directamente ligados al parque. La situación es un ejemplo perfecto de la advertencia que las autoridades tienen publicada en su página web. En EE UU no hay sarampión, pero la enfermedad, que sigue existiendo en Europa y en Asia, siempre está “a un vuelo de distancia”. Basta con un turista en un lugar abarrotado como un parque de atracciones para diseminar la enfermedad si la población no está inmunizada de forma adecuada.
“Existen todas las razones para ser vacunado y no hay ninguna razón para no hacerlo. Debieras vacunar a tus hijos”, dijo el presidente Obama
Los casos de sarampión se han registrado en su mayoría en California, donde hay 92, de los cuales 59 están directamente ligados al paciente de Disney. Se trata de empleados del parque o visitantes en 40 de los casos, mientas que 19 son contagios secundarios o terciarios. El resto de los casos se han detectado en Arizona, Colorado, Illinois, Minnesota, Michigan, Nebraska, Nueva York, Oregon, Pennsylvania, Dakota del Sur, Texas, Utah y Estado de Washington, además de un caso en México ligado a Disneyland. El 40% de los infectados son menores de 20 años, y 17 de ellos son niños menores de 4.
“Existen todas las razones para ser vacunado y no hay ninguna razón para no hacerlo”, dijo el presidente, Barack Obama, en una entrevista en televisión el lunes. “Deberías vacunar a tus hijos”. La declaración de Obama, que se cuidó de defender el derecho individual a decidir por uno mismo en este asunto, se sumó a un coro de opiniones en ambos lados del espectro político. El senador republicano Marco Rubio dijo que «no hay absolutamente ningún dato científico que relacione las vacunas con autismo o cualquier cosa de esa naturaleza». El autismo es citado por el movimiento antivacunas como un supuesto efecto secundario de la vacuna del sarampión.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, dijo como el presidente que los niños deben vacunarse, y rechazó que haga falta ninguna ley para ello. Entre los líderes republicanos, sin embargo, parece haber división en este tema. El senador Rand Paul dio pábulo a las teorías de que las vacunas causan “enfermedades mentales” diciendo que él conocía casos personalmente. Paul opinó que la vacunación es una cuestión de “libertad”. Paul matizó sus declaraciones poco después diciendo que él está vacunado y todos sus hijos también.
El candidato presidencial republicano, Chris Christie, abogó claramente por “dar opción” los padres sobre vacunar o no
En este sentido, quien más revuelo causó fue el gobernador de Nueva Jersey y posible candidato presidencial republicano, Chris Christie, quien abogó claramente por “dar la opción” a los padres sobre vacunar o no. Por su parte, Hillary Clinton, la posible candidata a presidente por los demócratas, escribió en Twitter: “La ciencia es clara: la Tierra es redonda, el cielo es azul y las vacunas funcionan. Protejamos a todos nuestros niños. Las abuelas saben”.
Diversos análisis de las tasas de vacunación en California, epicentro de toda la polémica, muestran que la renuncia a la vacuna se da especialmente en zonas acomodadas de la costa, donde el porcentaje de niños que no tienen vacunas puede llegar al 14%. La manera de medir esta cifra es a través del certificado de vacunación que los padres deben presentar en los colegios. Legalmente, existe la posibilidad de renunciar a la vacuna, lo que debe constar por escrito. Esta realidad es conocida hace años, pero con este brote las acusaciones de irresponsables hacia los padres que no vacunan a sus hijos, por creencias religiosas o por desconfianza hacia supuestos efectos secundarios, ha subido de tono en los medios hasta responsabilizarlos directamente de la situación.
“El sarampión es tan contagioso, que si una persona está infectada, el 90% de los no inmunizados a su alrededor también se infectarán”
Los epidemiólogos calculan que una población está protegida contra el sarampión cuando la tasa de vacunación alcanza el 92%. El 8% restante se puede considerar protegido por lo que se llama vacunación de grupo. Pero se considera que por debajo de ese 8% la inmunización de grupo deja de funcionar, y los no inmunizados se convierten en un riesgo para todos los demás. “El sarampión es tan contagioso, que si una persona está infectada, el 90% de los no inmunizados que están a su alrededor también se infectarán”, dijo Anne Schuchat, directora el Centro de Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de EE UU.
El pánico a una mayor velocidad de contagio ha hecho que en el sur de California aquellos institutos y colegios donde se ha detectado algún caso de sarampión hayan prohibido a los estudiantes no vacunados acudir a clase. El lunes fue cerrada una guardería en Santa Mónica (costa de Los Ángeles) después de que se diagnosticara sarampión a un bebé de un año, demasiado pequeño para ser vacunado. 14 bebés están en cuarentena. En este distrito escolar, más del 11% de los niños han presentado formularios de exención de vacunas.
No toda la gente que no está vacunada contra el sarampión es porque no quiere. Hay dos segmentos de población vulnerables como son los niños de menos de año y medio, a los que no se les puede administrar la vacuna todavía, y personas mayores que nunca se pusieron la vacuna (inventada en 1963) o los que no se pusieron la nueva versión de dos dosis, generalizada en 1989. Estos grupos vulnerables dependen para su protección de que haya una gran mayoría de vacunados a su alrededor.
En California, institutos y colegios han prohibido a los estudiantes no vacunados acudir a clase
Las cifras de renuncia a las vacunas han disminuido, sin embargo, desde que California aprobó una ley que obliga a los padres a consultar a un médico sobre los efectos de la no vacunación para que el distrito escolar acepte sus objeciones. El sarampión se considera una enfermedad erradicada en Estados Unidos desde el año 2000. El país registra alrededor de 60 casos al año, normalmente, ligados a viajes al extranjero. Este mes de enero ya se ha alcanzado con creces esa cifra, en lo que supone el brote más grave de esta enfermedad en 15 años. Desde la generalización de la vacuna, 2014 fue el año con más casos registrados, 644 en 27 estados, según datos provisionales del Centro para el Control de Enfermedades (CDC). El origen de ese número de casos estuvo en un gran brote de la enfermedad en Filipinas. La mayoría de los contagios se producen en personas no vacunadas. El brote de Disney y su rápida evolución hacen temer lo peor para 2015.
La vacunación masiva ha bajado la percepción del riesgo del sarampión en EE UU. Pero los expertos recuerdan una y otra vez que es una enfermedad muy contagiosa y que puede derivar en consecuencias fatales. En niños pequeños, puede resultar en neumonía, daños cerebrales permanentes o sordera. En 2013, murieron 145.700 personas en todo el mundo por sarampión.
El escritor de ‘Charly y la fábrica de chocolate’ Roald Dahl explicó en una carta por qué hay que vacunar a los niños de sarampión, recordando a su hija fallecida por el virus, el brote de Disneyland y los ‘antivacunas’.
@SantiGurtubay
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