Jorge González Durán.- El ocho de este mes se celebra el Día Internacional de la Mujer. Una fecha que no debe caer en el ritual de las frases huecas.
En todos los ámbitos de la vida pública a mujer brinda certeza, valor, dignidad y cohesión. La participación de la mujer en la vida política cambió el rumbo de nuestro país. La mujer le ha dado un nuevo sentido y una nueva proyección a la vida pública.
Es mucho lo avanzado para que la mujer alcance el nivel, el papel y la dimensión que merece, pero es mucho también lo que hace falta para hacer valer sus derechos y de fortalecer sus conquistas políticas, sociales, económicas y culturales.
Las mujeres han sido protagonistas de su propia historia. Ninguno de sus derechos alcanzados han sido fruto del azar, sino que han sido consecuencia de sus propias luchas. Las mujeres han luchado por su plena emancipación en condiciones difíciles y hasta hostiles.
Es por ello que en las luchas sociales de México y de Quintana Roo la mujer ha tenido y tiene un impacto moral de profunda resonancia y una huella perdurable.
La mujer es la conciencia y la voz de miles de familias que demandan mejores condiciones de vida. Las mujeres, siempre ha estado, en la primera fila de la defensa de sus derechos y de patrimonio. La mujer ha sido y es el baluarte de la transformación urbana y de la integridad familiar y, en consecuencia, de la cohesión social.
Siempre, en todos los ámbitos, se debe escuchar a la mujer, porque ella tiene el sentido común de que carecen muchos burócratas, que desde un escritorio hacen planes y proyectos que muchas veces no funcionan porque están desligados de la realidad y no representan el sentir de la ciudadanía, de los hombres y de las mujeres que están sufriendo en carne propia los problemas.
Ningún proyecto tendría validez si no se hiciera con la participación de la mujer.
Los desafíos a los que se enfrenta una mujer en la vida pública y privada, son muchos y muy complejos, porque todavía existen reticencias y resistencias para reconocer y aceptar y asumir con plena convicción la equidad de género, que es algo mucho más que la equidad de candidaturas.
En algunos sectores sociales todavía existen recelos y desconfianzas hacia la mujer.
Las mujeres han conquistado ganado el derecho a la equidad. Nada les ha sido dado por concesión graciosa. La historia así lo demuestra.
Continuará.