La “Declaración Universal de los Derechos del niño” ampara a los infantes, a la necesidad de proteger a millones de ellos que no son respetados bajo ningún punto de vista. Todos los menores tienen derecho a tener una vivienda, recibir amor, tener una buena alimentación y educación, estos son los puntos más importantes.
La “Declaración Universal de los Derechos del niño” ampara a los infantes, a la necesidad de proteger a millones de ellos que no son respetados bajo ningún punto de vista. Todos los menores tienen derecho a tener una vivienda, recibir amor, tener una buena alimentación y educación, estos son los puntos más importantes.
Si alguien no recibe un buen trato cuando pequeño, cuando crezca va a ser cargado de rencores y resentimientos hacia esta sociedad que nunca se preocupó por su bienestar.
Los niños tienen que ser respetados porque son el futuro, ellos por su falta de madurez, necesitan protección y cuidado, incluso, la protección legal, tanto antes como después del nacimiento.
Estos derechos deben ser reconocidos a todos los niños sin excepción, a veces los infantes son tratados como esclavos, es decir, maltratados y los hacen trabajar, sin recibir siquiera un salario por eso.
Esto puede llegar perjudicar su salud o su educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.
Entre la sobreprotección y la independencia
Los niños nacen en una situación de dependencia y debilidad con respecto a los adultos. La Ley, por lo tanto, debe protegerlos, ofrecerles una serie de ventajas y permitirles opinar en las decisiones que les conciernen. Sin embargo, los sistemas judiciales cuentan con numerosas deficiencias.
La primera crítica a los Derechos del Niño tiene que ver con la relación entre los Derechos del Niño y los Derechos Humanos.
Los Derechos del Niño están separados de los Derechos Humanos, lo que lleva a considerarlos como una subcategoría de derechos. Esta demarcación podría significar que un niño no es un ser humano como los demás y que, por lo tanto, no cuenta con una protección equivalente a la de un adulto.
Los Derechos del Niño pretenden, buscan un equilibrio entre una sobreprotección y la concesión de libertades.
En ocasiones, el sistema no consigue encontrar el equilibrio. Por ejemplo, los menores de 18 años tienen cada vez más responsabilidades ante la Ley, pero en la mayoría de los casos, en caso de cometer una falta, todavía serán sus padres quienes se harán cargo de las consecuencias materiales.
Es por ello que se considera al niño como una carga en lugar de un ser independiente.
Los derechos no existen sin su contrapartida: los deberes.
Es por eso por lo que hay quienes opinan que el hecho de que la mayoría de los textos internacionales sólo pongan de manifiesto las obligaciones morales o disciplinarias, y no incluyan el respeto a los padres, siendo esto una omisión desafortunada.