Redacción Macronews por: Mateo Cervera.- El 21 de Julio del 2022, la menor de 12 años conocida como Fernanda Cayetana Canul Blanco desapareció sin dejar algún rastro aparente. Su última ubicación conocida fue en la propiedad de Marco Antonio Cahuich Adrián, también conocido por su apodo «El Taquero». Cuando, juntó a su esposa, la contrató de lavaplatos. Al llegar la dejó sola. El dueño de la casa, se encuentra preso actualmente, junto a su pareja Angélica Velázquez Cortés, al ser los principales sospechosos de la desaparición de la joven.
El comienzo del caso
Desde mediados del año pasado, la joven mexicana desapareció de la colonia Nazareno; de la zona continental de Isla Mujeres. Los sucesos ocurrieron más tarde de haber avisado a su familia que se dirigía a un negocio de tacos administrado por Antonio Cahuich. Un acuerdo que tenían desde cuatro días antes de que desapareciera, porque, en palabras de su madre «quería aprender a ganarse la vida.»
El dueño del local, del mismo modo que su esposa Angélica Velázquez, cuando vieron llegar a Fernanda, aproximadamente a las diez de la mañana, dijeron que le encargaron el trabajo usual de limpiar las vajillas y del inmueble de dos piezas, para a continuación dejarla sola. Sin embargo, a la llegada de la tarde, la joven no estaba de regreso a su casa. Los vecinos que consiguieron atisbar su entrada confirmaron lo sucedido.
Cuando los familiares y amigos de la joven se enteraron, lejos de tener una respuesta rápida al porqué del suceso, les pareció extraño. Fernanda apenas llevaba un par de días trabajando, pero en el tiempo que lo hizo nunca se había presentado un suceso similar. Ella tampoco acostumbraba a salir de paseo sin avisar, y sus conocidos más cercanos afirmaron que es una chica muy tranquila.
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¿Qué pasó después?
El caso llego de inmediato a la FGE (Fiscalía General del Estado), cuando la madre de Fernanda, Daysi Blanco reportó sin demora su desaparición. Las autoridades buscaron por a zona, apoyándose en preguntas a las personas que conocían a la joven, sin resultado alguno.
La madre de Fernanda apuntó como principal sospechoso, por un comentario que le había dicho su hija:
“El miércoles 20 de julio, mi hija me dijo que sintió que el vecino la había observado con morbo. Le dijimos que mejor termine la semana y ya no volviera a trabajar. Al otro día mi hija desapareció”.
Cuando se le comentó lo sucedido a los oficiales de la FGE fueron a entrevistar a Antonio, pero porque «no se encontraron pruebas suficientes» no avanzaron en su investigación con él. Después de ese día, Antonio junto a su esposa Angélica desparecerían del vecindario, llevándose incluso sus muebles.
Pasaron así tres semanas, y en ese tiempo, la señora Daysi Blanco organizó marchas en el estado de Quintana Roo para pedir ayuda en la búsqueda de su hija. Con resultados favorables en su petición, al llegar a abarcar las calles de Cancún, Isla Mujeres y obtener el apoyo del colectivo Verdad, Memoria y Justicia en todo momento.
A motivo de esta situación y por la petición de Daysi, en mayo del año de desaparición de Fernanda, la FGE ofreció un millón de pesos por información que ayudará a la búsqueda y captura de la esposa de Marco Antonio ,y el mismo día, Angélica se presentaría por voluntad propia en la Fiscalía de Cancún. Siendo acusada de cómplice de su Marco Antonio, quien todavía se encontraba en libertad.
En noviembre del año 2022 se encontró, con ayuda de locales, a «El Taquero» viviendo en Chiapas. Se le apresó de inmediato acusándolo de desaparición forzada por particulares.
¿Qué esta sucediendo actualmente?
Luego de su aprisionamiento, los esposos, culpables de la desaparición de Fernanda, se declararían inocentes, y ajenos al conocimiento de la menor. No obstante, sin mas sospechosos, y a causa de que el matrimonio no busca declarar más, se les tiene confinados en el penal de Cancún.
Por esta razón, la señora Daysi, junto a su familia, en este año ha recorrido lugares abandonados, sin rastro de vida humana, y también los que abundan es esta ultima; con apoyo de las autoridades y dos grupos importantes, siendo el que ya había prestado su apoyo desde el principio: el colectivo «Verdad, Memoria y Justicia» y el la asociación civil «Madres Buscadoras de Quintana Roo».
Por la diaria investigación del paradero de su hija, la señora Blanco expresó su sentir:
Mi corazón me dice que está viva, que ella va a regresar a la casa, […] Por eso voy a seguir buscándola hasta que Dios lo permita.