Redacción Macronews por: Mateo Cervera.- A lo largo de las últimas décadas, el calentamiento global ha afectado a miles de personas con sus olas de calor anuales. Provocando el disgusto y enfoque central del publico a esta situación en los hábitat humanos. Sin embargo, paralelo a esta situación, se han ido sumando olas de calor de las que no se escuchan tanto; que acometen violentamente contra la vida marina. Ocasionando, la mayoría de las veces, una pérdida considerable a las especies que habitan los océanos, y que sin una solución pronto, también nos afectará drásticamente.
La información con respecto a las olas de calor datan desde el año 1973. Desde entonces, la temperatura global general ha ido en aumento, siendo 0,76 ºC (grados Celsius) más caliente que a principios del siglo pasado. Un ejemplo de ésto es la ola de calor que se ha estado mostrando este año en todos los continentes. Variando en condiciones, pero superando los 45 grados en el peor de los casos.
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Desde las últimas cuatro décadas, la temperatura en grupos de balsas de agua (superficiales) ha ido en aumento por temporadas, igualmente que en la troposfera. Debido a que cerca del 90% de calor provocado por el cambio climático se almacena en los océanos. Y en los pasados veinte años, esa cifra se ha multiplicado el doble.
En algunos años subían cinco o seis grados más que el promedio, pero sin mantener su duración por mucho, permitiendo estos grupos de agua y a la vida dentro de ella, un control de daños para permitir su recuperación. No obstante, han existido anomalías como la corriente apodada ‘The Blob’ en el noroeste del Pacífico, que fue un monumental desastre ambiental.
Ahora que conocemos esto ¿cuáles problemas ocasiona?
Las anomalías como ‘The Blob’, usualmente se tratan de corrientes calientes bajas en nutrientes. En el caso mencionado, fue un suceso que tomó lugar entre 2013 y 2016; extendiéndose 3218 kilómetros desde Alaska hasta México. Y fue el tiempo prolongado y el calor que emanaba lo que impidió el crecimiento de fitoplancton. Acabando con la población de salmones reales y por ende a las aves que se alimentaban de los peces.
Caso similares se han ido extendiendo desde el caso de ‘The Blob’, ( un ejemplo de esto es ‘El Niño’)con cantidades innumerables de decesos en la fauna y flora marina. Aunque si bien, por sí solos no tan extensos ni perjudiciales, han causado otras consecuencias graves; un ejemplo de esto es el blanqueamiento de los corales.
Los corales son seres muy sensibles a la temperatura, de modo que no acostumbran a vivir en lugares más cálidos que los 30ºC. Teniendo complicaciones de sobrevivencia cuando apenas un grado es añadido a su entorno.
El Gran Arrecife de Coral es una de estas víctimas del efecto invernadero y las olas de calor, perdiendo aproximadamente la mitad de su población, haciendo que pierda sus colores, producto de unas algas llamadas zooxantelas que viven en una relación simbiótica con los corales. Pero si se obtienen temperaturas que afectan el funcionamiento de los corales, éstos expulsan a las algas hasta que la temperatura regrese a la normalidad. Algo que no todavía no hemos solucionado; transformando a estos masivos lugares, donde la vida antes abundaba, a un páramo desierto y estéril.

¿Cuál es la respuesta?
Por la preocupación actual, un investigador climático y oceánico de la Universidad de Tasmania de nombre Neil Holbrook, explica que:
«Esperamos que los extremos empeoren debido al cambio climático. Las cosas van a ponerse más difíciles».
Algunos científicos especialistas en el tema declaran también que, además de la vida en los océanos, la pesca y los patrones climáticos se verán fuertemente afectados por el estado contemporáneo.
Con respecto a la interrogante sobre una solución, los expertos firman que la persistencia y frecuencia de estas olas de calor, no es una causa a parte para tratar, más bien, es un resultado del calentamiento global; siendo éste el problema principal para ocuparse.
La científica Von Schuckmann dice que, si de cualquier modo los humanos dejaran de soltar CO2 en el aire de inmediato, los océanos no dejarán de calentarse por varios años más. Manifestando la experta con:
“Me preocupa como científica del clima que estemos más lejos de lo que pensábamos”.