Las personas están cansadas, están con un gran enojo hacia los partidos políticos, a lo que ha significado la partidocracia en nuestro país.
El término “partidocracia” es usado en sentido peyorativo para aludir al gobierno de los partidos políticos, o sea la gran influencia social de los mismos; y fue empleada a comienzos del siglo XX por los gobiernos conservadores, especialmente el nazismo, el fascismo y el franquismo para criticar a los partidos de masas y la influencia disolvente de las tradiciones familiares y religiosas.
Sin spots en radio y TV, los independientes derrotaron a la partidocracia y es que sin partido, sin estructura, sin fondos públicos, sin spots en radio y televisión, con un manejo hábil en redes sociales, se demostró que se puede derrotar a la partidocracia.
Hay diversas especulaciones sobre este nuevo fenómeno, lo que nadie niega es un hartazgo de la partidocracia que han vivido desde hace ocho décadas. Salieron en masa a votar para manifestar su descontento.
La crisis de la partidocracia desembocó en el «desprecio de la gente por la ausencia de Estado, por inseguridad; el desprecio que han tenido los políticos por este país maravilloso.
¿Qué pasaría si desaparecieran los partidos políticos?¿Son realmente necesarios los partidos políticos?; en ese sentido, la desaparición, gradual o súbita, de los partidos políticos en México o en el mundo se debería al notable deterioro moral, la falta de eficacia y a que, se han convertido en simples administradores de los intereses de los poderes económicos, del capital corporativo; por lo que, “los partidos son por lo común bolsones neutros o anodinos, que rara vez representan los intereses de la ciudadanía.
La candidatura independiente va representar un parteaguas en el sistema político electoral Mexicano y una sacudida al sistema político del país.
En el marco del policromo escenario de un país forzado a conjugar desigualdad y pobreza con expectativas de desarrollo y una cuestionada prosperidad relativa, todo es posible, incluso un régimen político sustentado en el secuestro de la democracia representativa y el escamoteo de derechos sustantivos de los mexicanos, y es en este escenario en el que nunca como hoy, la partidocracia se viera enfrentada a la ciudadanía
Todos contra todos sin un mínimo de claridad que deslinde lo que es la disputa por el poder político y la confrontación entre intereses creados en la esfera de los poderes fácticos, en tanto que para las mayorías empobrecidas lo que se vislumbra es un intento por el rescate para todos lo mismo de la democracia secuestrada que de un modelo de país sustentado en justicia social y bienestar para todos.
Nadie tenía duda de que serían unas elecciones complicadas. Con un profundo descontento y desconfianza de la sociedad hacia los partidos, escándalos de corrupción, una sensación de lejanía entre la clase política y los ciudadanos. En fin, una coyuntura difícil por todos sus ángulos. Amenazas de violencia y boicot electoral, campañas anulistas carentes de racionalidad, escenarios apocalípticos sobre la jornada electoral y sus posibles resultados.