El cuerpo humano es asombroso en su complejidad, y mientras solemos prestar mucha atención al corazón, al sistema digestivo, a la piel y otras partes visibles, descuidamos un componente fundamental: el sistema óseo.
Nuestro sistema óseo desempeña un papel crucial no sólo en la movilidad, sino también en la prevención de enfermedades crónicas.
Mantener una salud ósea adecuada es esencial para garantizar un funcionamiento óptimo del cuerpo y prevenir problemas a largo plazo.
El doctor Carlos Suárez, ortopedista especialista en cirugía de cadera y de rodilla, enfatiza la importancia de adoptar hábitos saludables desde una edad temprana.
«La salud ósea es un componente esencial del bienestar general. Los huesos, más allá de ser la estructura que sostiene nuestro cuerpo, también son una reserva de minerales, como el calcio y el fósforo, fundamentales para diversas funciones biológicas», destacó Suárez.
Para ayudar a los huesos, se deben consumir alimentos ricos en calcio, como algunos lácteos, pescado, brócoli y frutos secos, que son esenciales para fortalecer los huesos.
El calcio no solo contribuye a la formación ósea, sino que también desempeña un papel en la función nerviosa y la coagulación sanguínea.
Además, la vitamina D es esencial para la absorción adecuada de calcio. Exponerse al sol durante unos minutos al día puede ayudar al cuerpo a producir vitamina D de forma natural.
«Una dieta equilibrada que incluya una variedad de nutrientes es esencial para la salud ósea. Es crucial consumir cantidades adecuadas de calcio y vitamina D, ya que estos nutrientes son clave para la formación y el mantenimiento óseo», añade el especialista
Pero no sólo una alimentación rica en calcio tiene impacto en los huesos, ya que la actividad física también ayuda a mantener fuertes y sanos los huesos.
El ejercicio que involucra cargar peso, como caminar, correr o levantar pesas estimula la formación ósea.
Ejercitarse también mejora el equilibrio y la coordinación, lo que puede reducir el riesgo de caídas y fracturas, especialmente en la edad avanzada.
Los enemigos de los huesos
El tabaco y el alcohol tienen un impacto negativo en la salud ósea.
Fumar puede afectar la absorción de calcio y reducir la densidad ósea, aumentando el riesgo de fracturas, mientras que la ingesta de alcohol puede interferir con la formación ósea y aumentar el riesgo de osteoporosis.
Con información de Reforma