El contacto prolongado con esta macroalga puede generar afectaciones en las vías respiratorias.
Una mancha de sargazo de 5.5 millones de toneladas se encuentra flotando en el mar Atlántico y, en los últimos días, las corrientes marinas han desprendido algunos fragmentos que poco a poco han comenzado a llegar a las playas del Caribe mexicano, lo que podría generar preocupación entre los bañistas acerca de la seguridad de nadar cerca de esta macroalga.
El biólogo Esteban Jesús Amaro explica que la interacción directa con el sargazo flotante en las costas no representa un riesgo a la salud, aunque en algunas ocasiones pudiera generar comezón por los organismos que traslada. El verdadero riesgo es cuando el sargazo recala en la orilla.
Ahí, la falta de agua y la exposición constante al Sol provocan automáticamente un proceso de descomposición en el que se emiten gases tóxicos para la salud humana.
“Se ha visto que cuando llega a su proceso de descomposición emite gases que son de ligeros a moderadamente tóxicos, como el ácido sulfhídrico, que es un ácido que se evapora al estar en contacto con el ambiente; también produce gas de pantano, que es el metano y el CO2 también conocido como dióxido de carbono, que prácticamente es lo que emiten los carros”, detalla.
Estos gases son originados gracias a unas vesículas muy parecidas a unas uvas que, durante su crecimiento y reproducción en altamar, permiten que el sargazo flote en la superficie marina gracias al oxígeno que se produce en ellas. Pero al recalar en las costas, este oxígeno en las vesículas acelera el proceso de descomposición, ocasionando la liberación de gases.
“El sargazo tiene estas vesículas de oxigenación y gracias a ellas el sargazo flota. Durante el proceso de descomposición, además de los gases, se liberan otros compuestos que generan los lixiviados, que es el jugo de la descomposición del sargazo”, explica el biólogo.
Vías respiratorias en peligro
“Estamos hablando de tres gases tóxicos para el ser humano. Afortunadamente, la disposición del sargazo se da en lugares abiertos, la playa. El verdadero problema es para quienes viven cerca de los recales de sargazo, al estar oliendo estos gases se pueden ver erupciones cutáneas, problemas respiratorios, principalmente en personas que tienen asma o EPOC”, dice el experto.
Por otro lado, las afectaciones incluso se pueden notar en periodos cortos de interacción con el alga. Uno de los ejemplos es el personal sargacero que se encarga de limpiar las playas.
“Hemos visto a las personas que están recogiendo el sargazo y se tienen que sentar un rato porque se sienten mareados por los mismos gases. Con la exposición al Sol, deshidratados y los gases, pueden llegar a desmayarse y eso que solo es por un pequeño periodo de tiempo”, dice Amaro.
Autoridades se preparan para los recales
Hasta el momento, los avistamientos de sargazo en las costas del Caribe mexicano han sido menores en comparación con años anteriores y, gracias a ello, personal de la Zona Federal Marítimo-Terrestre (Zofemat) junto a los ayuntamientos han podido recolectar los pequeños montículos que comienzan a llegar a las playas.
Ante esta situación, el biólogo Esteban Jesús Amaro ha recomendado a las autoridades estar preparadas y atender al comportamiento del sargazo en los próximos meses, pues en caso de presentarse un incremento será necesaria su intervención en altamar.
“Las dimensiones de sargazo que están llegando son mínimas y eso facilita su levantamiento en las playas. Hemos visto que, conforme se acerca el verano, las cantidades se incrementan y es ahí cuando hay que combatirlo desde el mar, antes de que llegue a la orilla de la playa, porque todos los efectos nocivos son cuando ya está en un proceso de descomposición”, dice.
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Explica que en lugar de sacarlo del mar y llevarlo a otros sitios para su disposición final, lo recomendable es redireccionar las masas de sargazo hacia las corrientes marinas y que puedan continuar su camino hacia el denominado “mar del sargazo”, en el Atlántico.
“Al mar lo que es del mar. Siempre hemos planteado la propuesta de poder encaminar al sargazo de nuevo hacia el océano, no hay necesidad de sacarlo del mar, porque es una biomasa que al final del ciclo termina hundiéndose en el mar y cuando se retira, es ahí cuando inicia su oxidación”.
FUENTE: LA VERDAD NOTICIAS