La cinta, rodada entre España, Uruguay y Argentina, opta por un Oscar a mejor película internacional,
MADRID (AP) — «La sociedad de la nieve» se consagró el sábado como la tercera película más premiada del cine español tras arrasar en la 38va edición de los Premios Goya. La superproducción acerca de un mediático accidente de aviación de los Andes se llevó 12 de los 13 galardones a los que optaba, incluyendo el de mejor película y mejor director para Juan Antonio Bayona.
«Hemos estado diez años escuchando a gente que nos decía que esa película no era posible, que no se podía hacer una película en español con ese nivel de ambición», dijo Bayona, que ya contaba con tres goyas como director pero nunca había visto una de sus obras reconocida como la mejor del año. «Y digo que se equivocaron porque (…) lleva 150 millones de espectadores (en Netflix) en todo el mundo. Una película hecha en España. En español».
La cinta, rodada entre España, Uruguay y Argentina y que opta por un Oscar a mejor película internacional, comenzó la noche encadenando 10 premios, incluyendo en todas las categorías técnicas, desde sonido hasta dirección de arte, montaje, efectos especiales o maquillaje y peluquería, cuyo equipo también optará a un galardón el 12 de marzo en Los Ángeles.
«Creo en el cine español y pienso en esta gente que estuvo en la montaña abandonada, dados por muertos en el medio de la nada y pudieron salir porque trabajaron juntos y colaboraron para hacer lo imposible. Y esa es la idea que siempre he querido yo de nuestra familia el cine español: juntos podemos conseguir lo que queramos», agregó un emocionado Bayona.
Solo «Mar adentro», con 14 goyas, y «¡Ay, Carmela!», con 13, superan la hazaña de «La sociedad de la nieve».
Estibaliz Urresola Solaguren, que partía como la gran favorita con 15 nominaciones por su ópera prima «20.000 especies de abejas», se quedó con los de mejor dirección novel y mejor guion original — además del mejor actriz de reparto para Ane Gabarain — por una cinta que surgió del suicidio de un adolescente trans y en la que cuenta cómo Lucía se presenta como una niña transgénero ante su familia durante unas vacaciones.
«‘20.000’ es una película que habla de la importancia de nombrar las cosas. Y querría aprovechar para nombrar lo que está sucediendo en Gaza, que es un genocidio y que tenemos que pedir a nuestros gobiernos que lo detengan», afirmó Urresola refiriéndose a la guerra entre Israel y Hamás en el territorio palestino, una de las causas protagonistas en una noche en la que cine y reivindicación fueron de la mano.
David Verdaguer y Malena Alterio fueron reconocidos por sus papeles protagonistas en «Saben aquell» y «Que nadie duerma», respectivamente.
Verdaguer, que dio vida al humorista Eugenio, dedicó su premio a «los humoristas y los cómicos de este país, porque hacen un trabajo muy muy serio».
El primer premiado de la noche fue el veterano José Coronado, elegido mejor actor de reparto por interpretar a Julio Arenas, un actor que desaparece en extrañas circunstancias en «Cerrar los ojos».
«Esto es gasolina para seguir trabajando con humildad y sin quejarme de nada: soy un privilegiado», afirmó Coronado al recibir su segundo «cabezón».
Janet Novás, se impuso en la categoría de actriz revelación por «O corno». En la masculina, el galardón fue para Matías Recalt, quien da vida a Roberto Canessa, uno de los sobrevivientes de los Andes inmortalizado en la película de Bayona, se llevó el único premio actoral al que optaba la cinta.
El argentino agradeció el premio «a mis amigos de la montaña (…), a los sobrevivientes de los Andes, a los que no volvieron y a los familiares (…) por dejarnos contar esta historia».
Recalt, que mandó un «abrazo muy grande a mi país, que está pasando un momento muy delicado», en referencia a la llegada de Javier Milei a la presidencia, se sumó al tono reivindicativo de la noche.
La primera en hacerlo, nada más empezar la ceremonia, fue una de las conductoras, la actriz Ana Belén, quien abordó la polémica que salpica al cine español por las denuncias de acoso sexual contra dos directores — Carlos Vermut y Armando Ravelo — que se hicieron públicas en las últimas semanas.
«Es urgente que todos exijamos certezas de igualdad. Eso pasa por condenar todos los abusos y la violencia sexual, y por revisar de manera profunda las estructuras que lo permiten. Aquí, en el cine, también se acabó», agregó, utilizando el lema que popularizaron las futbolistas de la selección española de fútbol luego de que su victoria en la Copa Mundial quedó eclipsada por un beso no consentido a la jugadora Jenni Hermoso.
En el primer año con mayoría de mujeres nominadas a los premios, un 61%, el «Se acabó» fue el mensaje más repetido de la noche: desde la interpretación de la canción del mismo nombre popularizada por la fallecida María Jiménez, en las voces de Niña Pastori, María José Llergo e India Martínez, al discurso de Susi Sánchez, vicepresidenta de la Academia.
La actriz pidió «un futuro donde la igualdad sea la norma y no la excepción (…) Queremos espacios de respeto e igualdad en nuestra profesión y en cualquier otro ámbito de la sociedad. Se acabó el abuso de poder y la violencia contra las mujeres».
La chilena «La memoria infinita», donde Maite Alberdi relata cómo la pareja formada por Augusto Góngora y Paulina Urrutia afronta el diagnóstico de Alzheimer de él, se llevó el premio a la mejor película iberoamericana en vísperas viajar a Los Ángeles para competir por el Oscar a mejor película documental.
En torno al Alzheimer, en este caso el que padece la actriz Carme Elías, gira el mejor documental «Mientras seas tú», de la venezolana Claudia Pinto Emperador.
La francesa «Anatomía de una caída», de Justine Triet y que cuenta con cinco nominaciones en los premios de la Academia estadounidense, se alzó con el galardón a la mejor cinta europea del año.
Pablo Berger, quien aspira al Oscar a mejor película de animación, se impuso en la misma categoría en los Goya con «Robot Dreams», su primera incursión en el género, y redondeó su noche con el premio al mejor guion adaptado por su trabajo con la novela gráfica homónima de Sara Varon.
Berger, que dobló su cuenta de «cabezones» a cuatro, quiso acordarse del «público que ha comprado su entrada y ha ido al cine a ver ‘Robot Dreams’, porque ‘Robot Dreams’ solo está en el cine. Larga vida al cine en los cines».
Al recoger su Goya Internacional, la estadounidense Sigourney Weaver destacó que a lo largo de su carrera ha «buscado historias sobre y para mujeres que nos recuerden lo poderosas que son» y, en un discurso en el que entremezcló inglés y español, dio las gracias a María Luisa Solá, la actriz que la ha doblado en más de 30 películas desde «Alien».
«Cuando pienso en el cine español, pienso en la excelencia, no en géneros; en originalidad, no en fórmulas; en humanidad y en corazón, no en cinismo, y en explorar lo que significa ser humano en este mundo», añadió Weaver, la tercera persona que recibe este reconocimiento de la Academia.
Con más de 90 años de carrera a sus espaldas, el veterano director de fotografía, restaurador fílmico e investigador Juan Mariné, de 103 años, recibió el Goya de Honor aunque no estuvo presente en la gala.
La guinda a la combativa noche la puso Pedro Almodóvar.
El director manchego, que entregó un premio arropado por las protagonistas de «Todo sobre mi madre» en el 25 aniversario de la película, aprovechó los últimos instantes de una ceremonia que duró más de tres horas para responder a un político regional del partido de ultraderecha Vox que tildó a los trabajadores del sector de «señoritos» y de recibir ayudas millonarias.
«Ahora les está hablando uno de estos señoritos (…) El dinero que los cineastas recibimos como anticipo lo devolvemos con creces al Estado, a través de impuestos y seguridad social, además de crear miles de puestos de trabajo», dijo Almodóvar ante el sonoro aplauso de los asistentes.
FUENTE: PROCESO