En Corea del Sur tienen dos grandes problemas: el envejecimiento poblacional y la tasa de natalidad, que es la más baja del mundo con 0,7 hijos por mujer. Para 2025 se espera que el 20% de la población tenga más de 65 años, algo que el gobierno coreano ha calificado de «catástrofe demográfica». Corea del Sur se enfrenta así a una lenta, pero progresiva extinción que solo puede ser frenada por la inmigración o por medidas pro-natalidad. Mientras tanto, la cada vez más envejecida sociedad requiere cuidados que el gobierno ha de ofrecer. Y ahí es donde entra la IA.
Una llamada. Compañías como Naver (uno de los mayores conglomerados de Internet coreanos) han creado CLOVA CareCall, una suerte de call center basado en inteligencia artificial que llama a los ancianos y mantiene conversaciones con ellos. Esta iniciativa se lanzó durante la pandemia del COVID-19 para recopilar información sobre el estado y los síntomas de los mayores, pero ha evolucionado desde entonces para convertirse en un servicio nacional de asistencia a los mayores. 70 gobiernos locales usan este sistema de llamadas, la mayoría para frenar las muertes solitarias.
7.000 muñecos. La IA puede ir más allá de una llamada y, en el factor forma correcto, puede ser de gran ayuda. Eso es lo que propone Hyodol, la compañía detrás de estos peculiares y suaves muñecos robóticos. Más allá de su cariñosa forma, de que se pueden abrazar, achuchar… lo realmente interesante es que están armados con inteligencia artificial. En pocas palabras, son capaces de entender el lenguaje, reconocer emociones, hablar y reproducir música. Además, incluyen interacciones táctiles, preguntas, recordatorios de voz, ejercicios…
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El gobierno coreano ha comprado 7.000 de ellos (cada uno cuesta 1.600.000 wones, unos 1.093 euros al cambio) y los ha repartido entre la población anciana con demencia para frenar la soledad y sus fatales potenciales consecuencias. Según reza la empresa, el muñeco puede mantener conversaciones y llega con una companion app y web que permite a los cuidadores monitorizar el estado de los ancianos de forma remota. De hecho, tiene un sistema de detección de movimiento que avisa en el caso de que no se detecte movimiento en mucho tiempo. Otra historia es la privacidad y los posibles riesgos ante una vulneración de seguridad, y es el debate alrededor del cual gira el uso de la inteligencia artificial en estos ámbitos.
Efectos positivos. Algunos estudios han analizado cómo este tipo de robots pueden ayudar a la población más anciana. Esta investigación de la University of North Carolina de Charlotte (PDF) sugiere que «tienen potencial para complementar los servicios humanos y mejorar la calidad de la atención a los mayores», y este otro de la Gangwon University Graduate Medical School (PDF) asegura que » pueden proporcionar una serie de beneficios a las personas mayores con demencia, y, a medida que la tecnología siga mejorando, tiene el potencial de convertirse en una herramienta para la demencia». No obstante, son estudios con muestras bastante pequeñas como para sacar conclusiones más generales.
Fuente: Xataca