Hay bodas que son un verdadero sueño. Elba O’Ward, creadora de contenido, y Brett Michael Kimbro, desarrollador inmobiliario, tuvieron una de esas. La pareja se casó en Monterrey a inicios de diciembre de 2023. Después de conocerse en 2017, cuando ambos eran estudiantes en Southern Methodist University (SMU), todo parecía indicar que su encuentro estaba ‘escrito en las estrellas’.
La celebración comenzó con una ceremonia religiosa en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, localizada en el corazón de la ciudad. Con una orquesta en vivo y un coro de 12 personas, O’Ward cuenta que la música hacía vibrar los muros de la iglesia con cada nota. Encantados y agradecidos, ‘Brett y yo nos mirábamos con lágrimas en los ojos arrodillarnos en ese altar’, agrega.
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La recepción posterior a la ceremonia se llevó a cabo en La Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey (ESMDM), un edificio de estilo romántico y gótico francés, diseñado por el arquitecto Pedro Gorozpe. El edificio además cuenta con un valor sentimental para la novia, ya que su abuela y bisabuela materna fueron estudiantes del Colegio de las Damas, la primera institución que operó en la sede años antes de la fundación de la Escuela Superior en 1977.
O’Ward Junco y Kimbro buscaban una boda llena de romance antiguo. Para hacerlo realidad, la planeación de la boda estuvo a cargo de Tere Montemayor de Elemento Tres, en un proceso que resultó ser muy especial para la novia. El evento no decepcionó: ‘Sentí como si hubiera entrado a un sueño’, señala Elba.
Al llegar al venue, los invitados fueron bienvenidos por un pasillo adornado con 30 candiles de cristal antiguos, colgados a diferentes alturas. El pasillo lideró el camino hacia el salón principal, adornado con más de 700 velas y un océano de 6,500 rosas blancas y 400 orquídeas. Un verdadero paraíso blanco para una novia durante el invierno. Las orquídeas fueron un homenaje a la abuela paterna de Elba—era su flor favorita.
Como amante de la moda, el vestido de novia era uno de los aspectos más importantes para Elba. Para encontrar sus looks de boda, contrató a Samantha Levis, estilista y fundadora de The Bold & Bridal, basada en Los Ángeles. Meses antes de su primer fitting, O’Ward vio un vestido de novia de tul y encaje de Monique Lhuillier en Instagram. En seguida le preguntó a Samantha si se podía probar el vestido. Solo quedaba uno disponible, y ni siquiera se encontraba en Los Ángeles, pero lograron volar el vestido a la ciudad para el fitting. Fue el único vestido que dejó a Elba sin palabras. Era lejos de lo que ella en algún punto pensaba que usaría, pero al final era un vestido muy ella: ‘Es romántico, sensual, dramático—todo lo que quería ser el día de mi boda,’ explica Elba. Con las mangas de encaje y detalle en el cuello del vestido, la novia optó por sencillez para los complementos: unos aretes con perlas y diamantes vintage, y su anillo de compromiso. Para completar el look, eligió unas sandalias Jimmy Choo de satén con detalle de nudo. Para la ceremonia, Brett lució un traje azúl marino Brunello Cucinelli a la medida con unos mocasines de terciopelo Christian Louboutin.
Desde un principio, la novia supo que quería otro look para la recepción. Buscaba algo completamente diferente al vestido de la ceremonia, pero igual de espectacular. Se enamoró del icónico Cocotte de Vivienne Westwood, un vestido largo de seda y encorsetado. Elba lo describió simplemente como una ‘obra de arte’. Además, es más coqueto y divertido, ideal para cantar y bailar en la fiesta. El cambio de look también se vio reflejado en el peinado de Elba, realizado por Eliza Cantú, modificado para verse más relajado. Eligió un par de zapatos de Manolo Blahnik con tacón kitten, que además de combinar con la seda del vestido, resultó ser la mejor opción para disfrutar y bailar toda la noche con su esposo, quien se puso un saco de terciopelo color vino para la recepción, también hecho a la medida por Brunello Cucinelli.
Para capturarlo todo, la pareja eligió a la fotógrafa Keryn Sweeney, quien Elba encontró coincidentemente con ayuda de Vogue al leer una de nuestras listas de fotógrafos recomendados. ‘Me siento muy agradecida por haber vivido un día tan especial como este. Realmente se podía sentir el amor. La energía en el aire se sentía como burbujas de champán… una ligereza y felicidad que no puedo describir.’
FUENTE:Vogue