Es de público conocimiento que la vitamina C fortalece el sistema inmunológico. Pero este potente antioxidante tiene otras funciones que son igual de importantes. En efecto, ayuda a desintoxicar el cuerpo, lo protege y ayuda a lidiar con el estrés físico y mental. Además, es fundamental para el crecimiento y la reparación de los tejidos de todo el organismo.
La vitamina C es hidrosoluble. Esto quiere decir que se disuelve en agua y el excedente es eliminado en la orina. Es por eso que es necesario asegurarse de tener un suministro continuo de esta vitamina en la dieta. Además, el cuerpo no puede producirla por sí mismo y tampoco la almacena.
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Cómo preparar un suplemento de vitamina C en casa
El procedimiento para hacer tu suplemento natural es muy sencillo. Además, como solo utilizarás cáscaras de cítricos, no te costará nada. Para prepararlo, intenta utilizar frutas orgánicas.
1. Guarda las cáscaras de las frutas cítricas que consumas y córtalas en tiras bien finitas.
2. Colócalas en un plato y deja que se sequen a temperatura ambiente hasta que estén crujientes. Esto tomará algunos días. También puedes hacer esto con un deshidratador si tienes uno en tu hogar.
3. Cuando las cáscaras estén secas, córtalas en trocitos o muélelas en una licuadora o un molinillo de café.
4. Guarda tu suplemento terminado en un recipiente hermético y almacénalo en un lugar fresco.
Para consumirlo, espolvorea una cucharadita en tus comidas o incorpóralo en tus batidos, jugos e infusiones.
Alimentos que contienen vitamina C
Además de incluir este suplemento natural en tus comidas y bebidas, es importante que consumas diariamente alimentos ricos en vitamina C. Ten en cuenta que cocinar o almacenar durante un largo tiempo estas frutas y verduras puede reducir su contenido vitamínico. Es por eso que es mejor comerlas crudas cuando sea posible.
Frutas
– Melón cantalupo
– Cítricos
– Kiwi
– Mango
– Papaya
– Piña
– Fresas, frambuesas, moras y arándanos
– Sandía o melón
Vegetales
– Brócoli, coles de Bruselas, coliflor
– Pimientos rojos y verdes
– Espinaca, repollo, nabos verdes y otras verduras de hoja
– Papa o patata blanca y camote
– Tomates y su jugo
Fuente: La bioguia