En la Península de Yucatán se padece por VIH-Sida más que en el resto de la república…
En la Península de Yucatán se padece por VIH-Sida más que en el resto de la república. De acuerdo con datos del CENSIDA, las infecciones detectadas subieron 133 por ciento de 2009 a 2013, solo en Quintana Roo. En 2014, mientras en el ámbito nacional se registraron cuatro nuevos casos por 100 mil habitantes, el estado ocupaba el tercer lugar con 20 nuevos sumarios. Peor están Campeche y Yucatán. Triste consuelo.
Esto significa que la prevalencia en la población de la entidad es entre 4 y 12 veces más alta que en otras regiones del país, lo cual evidencia el fracaso de las estrategias gubernamentales. Los números pueden ser mayores, al representar esta una entidad vista por muchos como “de paso”. Mientras algunos pudieron retornar a sus lugares de origen sin reportar aquí la enfermedad, otros tantos aún la desconocen.
Es un mal que avanza silenciosa e inexorablemente. El Inegi reportaba ya en 2013 que las enfermedades relacionadas con el virus fueron la cuarta causa de mortalidad en Quintana Roo en la población de 15 a 44 años y la segunda entre las personas de 25 a 34.
Caso alarmante es el de Solidaridad, en donde, según el Centro Nacional de Prevención y Control, hubo un aumento drástico del 60% de pacientes en tratamiento en el Hospital General de Playa del Carmen, por esas mismas fechas. Si el cuadro parece aterrador, estos porcentajes lo agudizan: mientras los pacientes reportados ante CENSIDA con falla en tratamiento alcanzan a nivel nacional el 36%, en Quintana Roo el 67%.
A nivel estado, el Centro de Atención a Pacientes con Infecciones de Transmisión Sexual y Sida advirtió hace algunas semanas que Benito Juárez, Othón P. Blanco y Solidaridad encabezan la lista. Hasta la semana epidemiológica número 24, la Secretaría de Salud tenía documentados 57 nuevos casos de VIH y 15 de Sida.
Son numeralias de escándalos. Las campañas preventivas no son eficaces. Si bien se les informa a estudiantes de bachillerado y universidad acerca de la enfermedad y sus complicaciones, tanto el formato, como los ejemplos y las sugerencias parecen de otro siglo, reconocen universitarios con vida sexual activa. “Redundan en la importancia del condón”, resumen con sarcasmo. El uso del preservativo es apenas un apunte dentro de una charla comunicacional que debe desplegarse en su máxima expresión para controlar al virus en la fase preventiva.
Uno de los estudiantes no escuchó durante las presentaciones de las otras formas de contagio, aunque las conoce. Es decir, las autoridades acotan un drama descomunal a una infección de carácter sexual, pese a que el contagio vertical (perinatal), el uso de drogas inyectables y el sanguíneo también van en aumento.
Roberto Guzmán Rodríguez, presidente de Red Positiva, A. C., precisaba no hace mucho que la infección aparece en jóvenes de entre 19 y 23 años, pero los datos oficiales aseguran que el grupo etario con más dificultades es el de 30 a 50 años.
Jan Novak, presidente de la organización Fusión G, ha señalado en repetidas ocasiones que la problemática sigue creciendo, sobre todo por falta de pruebas y de medicamentos, sobre todo para niños con la enfermedad.
Rudolf Geers, presidente de Vida Positiva Playa, A.C., afirma que un alto porcentaje desconoce que son portadores de algún padecimiento como VIH, sífilis o gonorrea, dado que en un periodo prolongado no hay síntomas y se posee poca información. Además, sostiene, abordar temas sexuales sigue siendo un tabú, aun cuando hoy se debate de matrimonios homosexuales o adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo.
También se percibe que la información se orienta más hacia varones, desplazando a las mujeres de un asunto de vida o muerte.
En este caos, hay una propuesta seria en análisis: Laura Beristain Navarrete, regidora por Solidaridad, propuso recientemente la creación del Consejo Municipal de Prevención y Respuesta al VIH-Sida. Esperemos que no se envíe al archivo. Es, quizá, la propuesta más completa a la fecha, consideran los expertos consultados.
Como se lee, las fallas son múltiples y los esfuerzos escasos.