Moscú. Las noticias que llegaron de los campos de batalla este miércoles no mostraron grandes cambios desde que, hace tres semanas, las tropas de Ucrania cruzaron la frontera y llevaron la guerra a la región de Kursk: los rusos avanzaron unos centenares metros hacia su objetivo más importante hoy por hoy que es la ciudad de Pokrovsk, en la parte de Donietsk bajo control ucranio, y los segundos continuaron afianzando sus posiciones en el territorio ruso ocupado.

Entre tanto, las agencias noticiosas dieron cuenta de los varios episodios aislados que ocurrieron este miércoles y que, por sí solos, no alteran el curso de este conflicto armado ni para bien ni para mal: Kiev siguió su estrategia de dañar con drones depósitos de combustible y refinerías en zonas de Rusia alejadas de la frontera y Moscú continuó lanzando misiles, drones y bombas guiadas desde aviones contra ciudades de Ucrania.

Así, los medios ucranios difundieron las primeras imágenes de los impactos causados por aparatos aéreos no tripulados en un depósito de combustible en la región de Kirov, el primer ataque ucranio en esa zona rusa a mil 100 kilómetros de la frontera, y en una refinería en la región de Rostov, que ocasionaron fuertes incendios, confirmados por los respectivos gobernadores.

En el otro extremo del mismo Rostov, un ataque con drones anterior en una gran refinería causó un incendio que, diez días después, continúa sin poder ser apagado, de acuerdo con las agencias noticiosas.

Rusia respondió con bombardeos de ciudades ucranias, siendo el más grave de este miércoles el que destruyó con una bomba guiada un edificio administrativo del centro de la ciudad de Kupiansk, en la región de Járkov.

Sobre la una de la mañana ya de este jueves (hoy), las sirenas se activaron en las regiones ucranias de Jersón, Nikolayev, Kirovograd, Dniepropetrovsk, Poltava, Sumy y Járkov cuando la defensa antiaérea detectó la trayectoria de vuelo hacia ahí de entre 30 y 40 drones disparados por Rusia, en lo que medios ucranios anticipan que será otra madrugada de mucha tensión y de horas en refugios.

El comandante de las fuerzas terrestres del ejército ucranio, Oleksandr Pavliuk, escribió en su cuenta en Telegram que “nuestras unidades de defensa antiaérea volvieron a demostrar su pericia al derribar un cazabombardero Su-25 cerca de la ciudad de Kramatorsk en Donietsk, que según la agencia ucrania UNIAN sería el segundo aparato de ese tipo que pierde Rusia desde fines de julio pasado.

El ministerio ruso de Defensa no se pronuncia sobre esta clase de noticias, pero los bloqueros que apoyan la llamada “operación militar especial”, pusieron en entredicho las palabras de Pavliuk.

El canal de Telegram Operación Z – Enviados de la Primavera Rusa asegura que el cazabombardero no fue derribado, sino que al ser atacado “soltó trampas térmicas” que los ucranios “en un video incompleto presentaron como parte de la explosión” del avión. Dentro de unos días aparecerán evidencias que confirmen una u otra versión.

Por otro lado, las autoridades rusas tomando en cuenta las recomendaciones del director del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi, que el martes inspeccionó la planta nuclear de Kursk en Kurchatovo, decidieron “prohibir temporalmente el acceso” a esta ciudad por cuanto “las tropas ucranias no renuncian a su intento de entrar en Kurchatovo”, informó el gobernador de Kursk, Aleksei Smirnov.

Su colega de la región contigua de Belgorod, Viacheslav Gladkov, resolvió evacuar a todos los habitantes de cuatro localidades y adelantó que en todos los municipios que hay a 20 kilómetros de la frontera “las escuelas impartirán clases a distancia”.