Cada 15 de septiembre, México se viste de fiesta para conmemorar su independencia, y no hay mejor manera de hacerlo que a través de su vasta y rica gastronomía. Desde el norte hasta el sur del país, los sabores tradicionales se vuelven protagonistas de esta celebración, con platillos que destacan por su historia, sus ingredientes y su profundo significado cultural.
Chiles en nogada: el emblema de las fiestas patrias
Uno de los platillos más representativos de esta fecha es, sin duda, los chiles en nogada. De origen poblano, esta delicia combina sabores dulces y salados con un relleno de picadillo, frutas secas y una salsa de nuez que simboliza los colores patrios: el verde del chile, el blanco de la nogada y el rojo de la granada.
“El chile en nogada es un plato icónico, no solo por su sabor, sino por la historia que representa. Se dice que fue creado por monjas agustinas en honor a Agustín de Iturbide, tras la consumación de la independencia”, explica María Luisa Pérez, investigadora de la gastronomía mexicana. “Es un platillo que no solo habla de la independencia política, sino de la riqueza cultural y culinaria del país”.
Pozole: tradición y sabor
El pozole es otro de los platillos infaltables en las celebraciones patrias. Este caldo a base de maíz cacahuazintle, carne de cerdo o pollo, y una amplia variedad de guarniciones, como rábanos, lechuga y orégano, es un símbolo de la cocina mexicana desde la época prehispánica. Existen tres versiones populares: el pozole blanco, típico de Guerrero; el rojo, característico de Jalisco; y el verde, del estado de México.
Tacos: una joya culinaria
Los tacos son quizás el platillo más conocido a nivel internacional, y durante el Día de la Independencia ocupan un lugar especial en las mesas mexicanas. Ya sea de pastor, barbacoa, carnitas o suadero, los tacos se disfrutan en cualquier rincón del país. Su versatilidad y la posibilidad de personalizarlos con diferentes salsas y guarniciones los convierten en un favorito indiscutible.
Elotes y esquites: el sabor del maíz
El maíz, base de la alimentación mexicana, también tiene su lugar en las fiestas patrias con los elotes y esquites. Estos antojitos se preparan de diferentes maneras: el elote puede servirse asado o hervido, cubierto con mayonesa, queso, chile y limón, mientras que los esquites son granos de maíz cocidos y sazonados con epazote, acompañados de chile y limón.
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Tamales: tradición envuelta en sabor
Los tamales, con su versatilidad y variedad, también son protagonistas en las celebraciones. Ya sean de mole, rajas, salsa verde o dulce, envueltos en hojas de maíz o plátano, los tamales son una de las tradiciones más arraigadas de la gastronomía mexicana.
Sopes, pambazos y tostadas: los favoritos de las noches mexicanas
Finalmente, para quienes buscan variedad en texturas y sabores, los sopes, pambazos y tostadas son opciones perfectas. Los sopes, hechos con masa gruesa y cubiertos con frijoles, carne, crema y queso, son un clásico que se disfruta en todas las regiones. Los pambazos, típicos de la Ciudad de México, son tortas rellenas de papa y chorizo, bañadas en salsa de guajillo y fritas. Las tostadas, por su parte, ofrecen una base crujiente que se cubre con ingredientes como tinga, pata o ceviche.
FUENTE: LA VERDAD