La llegada del huracán Helene a las costas de Quintana Roo ha generado un impacto significativo en los negocios de Playa del Carmen. A pesar de que el sistema tropical afectó mayormente a otros municipios del norte del estado, los aguaceros que trajo consigo provocaron que las ventas en la zona turística se desplomaran. Este fenómeno meteorológico ha añadido una carga adicional a los comerciantes que ya enfrentaban una baja temporada, con ventas que no superaban el 50 por ciento.
El municipio de Solidaridad, donde se encuentra Playa del Carmen, solo alcanzó la alerta naranja tras la llegada de Helene a las aguas del Mar Caribe. Sin embargo, los fuertes aguaceros que se presentaron desde la mañana impidieron que los establecimientos ubicados en el primer cuadro de la ciudad pudieran abrir sus puertas desde temprano. Esta situación generó una disminución considerable en el flujo de turistas y locales, afectando directamente las ganancias de los negocios.
No fue sino hasta el mediodía de este miércoles cuando gran parte de los locales comerciales de diversos giros comenzó a abrir sus puertas al público. A pesar de que el flujo de turistas y nacionales comenzó a circular de nuevo una vez que amainaron las lluvias, las ganancias para estos establecimientos fueron muy bajas, y en algunos casos, prácticamente nulas. La incertidumbre y las condiciones climáticas adversas disuadieron a muchos visitantes de salir a realizar compras o consumir en los locales.
Ante la alerta meteorológica vigente y las condiciones climáticas prevalecientes, algunos propietarios de establecimientos optaron por no abrir sus puertas al público. Esta decisión fue tomada como una medida para ahorrar gastos operativos y evitar pérdidas mayores. La prudencia ante la amenaza de un huracán es comprensible, pero también refleja la vulnerabilidad de los negocios locales ante fenómenos naturales.
Para quienes laboran en estos establecimientos comerciales, la llegada de estos sistemas tropicales solo abona a la mala racha que están atravesando. La baja temporada en el destino ya había reducido sus ventas significativamente, y con la llegada de Helene, sus ingresos se redujeron a cero. Esta situación pone en evidencia la necesidad de estrategias de contingencia y apoyo para los comerciantes en tiempos de crisis climática.
El impacto económico de Helene en Playa del Carmen no solo afecta a los propietarios de negocios, sino también a los empleados que dependen de estas fuentes de ingreso. La reducción en las ventas y la posible suspensión de actividades laborales generan una cadena de efectos negativos en la economía local. La comunidad turística y comercial de Playa del Carmen enfrenta un desafío considerable para recuperarse de este golpe.
En este contexto, es crucial que las autoridades locales y estatales implementen medidas de apoyo para los negocios afectados. Programas de asistencia financiera, incentivos fiscales y campañas de promoción turística pueden ser herramientas efectivas para mitigar el impacto económico y fomentar la recuperación. La resiliencia de Playa del Carmen dependerá en gran medida de la colaboración entre el sector público y privado.Finalmente, la llegada del huracán Helene a Playa del Carmen subraya la importancia de la preparación y la respuesta ante fenómenos naturales. La comunidad debe estar alerta y contar con planes de contingencia para minimizar los daños y garantizar la seguridad de residentes y visitantes. La experiencia de Helene servirá como una lección para fortalecer la capacidad de respuesta ante futuras amenazas climáticas
FUENTE: DEBATE