Lidia Thorpe, una senadora independiente australiana volcada en la defensa de los derechos de los indígenas, protagonizó un ruidoso altercado durante la visita del rey Carlos al Parlamento de Canberra en la mañana del lunes. «¡Habéis cometido genocidio contra nuestra gente, devolvednos nuestras tierras!»», proclamó Thorpe tras el discurso del monarca.
«Devolvednos lo que nos habéis robado: nuestros huesos, nuestros cráneos, nuestros bebés, nuestra gente», siguió diciendo Thorpe, mientras era escoltada por una guardia de seguridad fuera del edificio. «¡Esta no es tu tierra. No eres nuestro rey!».
El acto estuvo marcado de entrada por la sonada ausencia de seis líderes regionales, de Jacinta Allan (Victoria) a Jeremy Rockliff (Tasmania), que se sumaron simbólicamente a los actos de protesta del Movimiento Republicano de Australia, que reclama un nuevo referéndum tras el celebrado en 1999 para romper los vínculos con la monarquía (Australia es uno de los 15 «reinos de la Mancomunidad» que reconocen al monarca británico como jefe de Estado).
El rey Carlos aguantó estoicamente el temporal e intercambió unas palabras con el primer Anthony Albanese. Pese a sus convicciones republicanas, el líder laborista elogió públicamente «el gran respecto hacia los australianos» demostrado por el monarca, «incluso en los momentos en que hemos debatido el futuro de nuestros arreglos constitucionales y de la naturaleza de nuestra relación con la Corona».
El ex primer ministro y ex líder del Partido Liberal Tony Abbott, presente también en el acto, calificó la sonada protesta de la senadora indígena como «un acto desafortunado de exhibicionismo político».
En un vídeo difundido el lunes, la senadora Lidia Thorpe reclamó la firma de una tratado con las Primeras Naciones como paso previo «antes de que este país sea proclamado como un república». «La Corona invadió este país y nunca hemos cedido la soberanía de estas tierras», alegó Thorpe. «El tratado debe jugar un papel fundamental en le establecimiento de una nación soberana».
El domingo, durante la visita a la inglesia anglicana de Santo Tomás, una veintena de manifestantes recibieron a Carlos y Camila a los gritos de «Not my king!» («No es mi rey»). La Liga Monárquica Australiana acalló sin embargo la protesta minoritaria con un despliegue de banderas de ambos países y grandes muestras de apoyo a los monarcas.
Carlos y Camila visitaron también el lunes el monumento en memoria de los caídos. Pese a su ajetreada agenda en su visita de seis días a Australia, antes de partir hacia cumbre de la Mancomunidad de Naciones en Samoa, el monarca ha restringido notablemente sus actos y ha decidido renunciar a cenas de gala y otros fastos. Para poder emprender su primera gira fuera de Europa desde que le fue diagnosticado un cáncer no especificado, Carlos III ha tenido que renunciar temporalmente al tratamiento.
FUENTE: EL MUNDO ES