FUERTES LLUVIAS OCASIONADAS POR LA DANA EN ESPAÑA DEJAN AL MENOS 205 PERSONAS FALLECIDAS
El número de muertos por las inundaciones de esta semana, que han provocado la catástrofe natural más mortífera de la historia reciente de España, superó los 200. Las regiones del sur del país se vieron azotadas el viernes por nuevos aguaceros, lo que complicó las labores de rescate.
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Valencia, la región que sufrió la peor parte del diluvio, registró 202 muertos, según dijo el presidente regional Carlos Mazón en una rueda de prensa en el centro de coordinación de catástrofes.
Tres personas más han muerto en regiones vecinas, lo que eleva el total de muertes confirmadas a 205, según las autoridades. Se espera que el número de víctimas aumente a medida que los equipos de rescate continúen excavando a través de las ciudades empapadas, obstruidas por el barro y los escombros, lo que dificulta enormemente el acceso.
A última hora del jueves y el viernes, las lluvias se extendieron a otras regiones del sur. Durante la noche cayeron lluvias torrenciales en Andalucía, siendo la provincia occidental de Huelva la más afectada. Los residentes estaban celebrando Halloween cuando empezó a llover a cántaros, según informaron los medios de comunicación locales. Las autoridades hicieron advertencias sobre el riesgo de inundaciones e instaron a la gente a quedarse en casa, y evitar celebrar el Día de Todos los Santos el viernes, que normalmente se hace visitando un cementerio o una iglesia, advirtiendo del riesgo de inundaciones.
Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, dijo que la situación más complicada el viernes se dará en el suroeste peninsular y que la inestabilidad continuará el sábado.
Mientras el suroeste estaba en alerta máxima, a lo largo de la costa este del país los equipos de rescate seguían buscando entre montones de coches arrojados por las aguas y casas destrozadas por el barro. Las lluvias continuaron el viernes, sobre todo en Castellón, al norte de la Comunidad Valenciana; en Tarragona, en el sur de Cataluña; y en las islas Baleares, frente a la costa este de España, según la agencia meteorológica.
En Valencia, decenas de personas seguían desaparecidas. Entre ellos había importantes empresarios, personas de la tercera edad en residencias especiales y niños pequeños atrapados con sus madres, según la cobertura de los medios de comunicación españoles.
Ainhoa Rojas Mansilla observaba cómo los equipos de rescate actuaban en su municipio de Catarroja, a las afueras de la ciudad de Valencia, donde se refugiaba con unos amigos. Cada vez que un miembro de la unidad militar de emergencia revisaba un vehículo, la angustia se apoderaba de ella, dijo.
A través de un mensaje de texto, afirmó que la incertidumbre era enorme cada vez que alguien entraba a un garaje, por la posibilidad de que se encontraran personas fallecidas atrapadas en los autos.
A pesar de la presencia de algunos equipos de rescate, Mansilla, de 20 años, dijo que se sentía insegura y deseaba ver más policías sobre el terreno. Toda su familia había sobrevivido a las inundaciones, pero seguían sin agua ni electricidad, y la información sobre qué hacer en esta catástrofe era inconsistente, dijo.
Tras los enormes daños sufridos en Valencia, algunos residentes han empezado a culpar al gobierno de una respuesta insuficiente a la catástrofe. Un video publicado por la guardia civil de un hombre que fue sorprendido robando una bolsa de zapatos causó indignación pública. Mucha gente se solidarizó con el hombre, que iba descalzo mientras vadeaba el barro. La policía española dijo que había detenido a 50 personas, mientras intentaba asegurar los barrios impactados por la tormenta.
Las inundaciones han puesto de manifiesto las deficiencias económicas de España. Daiana Iordăchescu, una trabajadora rumana que labora por temporadas en los campos de fresas y frambuesas de Huelva, se encogió de miedo cuando la lluvia golpeó su vivienda. La lona de plástico no era suficiente para evitar que el agua se filtrara a través de los palés de madera que ella y otros trabajadores utilizaban para construir sus casas.
Muchos de los 3000 trabajadores temporales de Huelva se encuentran en una situación similar, sus casas improvisadas se están derrumbando, pero las peticiones de ayuda no han sido escuchadas, dijo Alfonso Romera, un oftalmólogo jubilado que dirige La Carpa, un grupo sin fines de lucro que apoya a los trabajadores migrantes.
Romera afirmó que lo que buscaban era que las autoridades protegieran a estas personas, pues eran además esenciales para la economía española.
El gobierno regional de Andalucía reconoció que los trabajadores temporales eran vulnerables, pero dijo que no se había reportado ningún incidente a su oficina.
La catástrofe natural también se ha convertido en una prueba política para el frágil gobierno de coalición español. El viernes, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, visitó la sede de la Agencia Estatal de Meteorología en Madrid, lejos de las zonas más afectadas. Según los observadores, se trató de una muestra de solidaridad con la agencia, que se ha enfrentado a las críticas de líderes políticos que afirman que sus advertencias llegaron demasiado tarde. Los líderes de la oposición han culpado al gobierno de centralizar los esfuerzos de respuesta.
Junto con cientos de agentes de la policía nacional, la guardia civil y otras fuerzas de seguridad, el ejército envió otros 750 efectivos para unirse a las labores de rescate, dijo el Ministerio de Defensa español.