Las fuerzas rusas lanzaron durante la noche del domingo un ataque con bombas aéreas guiadas sobre Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, hiriendo al menos a 15 personas, entre ellas varios policías, según informó el gobernador regional Oleh Syniehubov.
Los ataques, que también afectaron a infraestructuras civiles y comerciales en la ciudad y sus alrededores, subrayan la creciente presión de Moscú sobre las zonas urbanas ucranianas cercanas a la frontera rusa.
Daños a la infraestructura civil
En su comunicado, Syniehubov detalló en la aplicación de mensajería Telegram que el ataque causó daños significativos en dos edificios residenciales, además de afectar las ventanas de varios establecimientos comerciales. Entre los lugares dañados figuran dos supermercados, una cafetería, 21 quioscos y un centro comercial, informó el funcionario regional.
El alcalde, Igor Terejov, dijo que el supermercado estaba situado junto a viviendas. Un ataque anterior había golpeado una zona boscosa de la ciudad, dijo.
Fotografías y videos del lugar muestran edificios destruidos y un panorama de desolación en las áreas afectadas, con servicios de emergencia desplegados para evaluar el alcance de los daños.Fotografías y videos del lugar muestran edificios destruidos y un panorama de desolación en las áreas afectadas (Oficina del fiscal Regional de Kharkiv/Reuters)
Periodistas de la AFP presentes en el sitio del ataque confirmaron la destrucción visible en varias estructuras y la presencia de los equipos de rescate y emergencia. Además, se ha documentado el impacto de la ofensiva a través de imágenes de cámaras de vigilancia, en las que se observa una gran explosión en una carretera cercana a un vehículo que pasaba en ese momento. Estas grabaciones, verificadas por Reuters, han sido corroboradas por las autoridades locales.
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Syniehubov, en otro mensaje de Telegram, también dijo que el ejército ruso había dañado gravemente un edificio de apartamentos de cinco plantas en Kivsharivka, una pequeña ciudad cerca de Kupiansk, al este de Kharkiv.
Desde el comienzo de la invasión a gran escala en febrero de 2022, Kharkiv, ubicada cerca de la frontera con Rusia, ha sido un objetivo constante de los bombardeos rusos. La ciudad y su región circundante han soportado numerosos ataques, obligando a sus habitantes a vivir bajo una amenaza constante. Estos últimos bombardeos reflejan, además, una estrategia renovada de Moscú para ejercer presión en el este de Ucrania, dificultando aún más las operaciones militares y la vida cotidiana en las zonas afectadas.
Escalada en el uso de drones Shahed
La ofensiva rusa sobre Kharkiv se produce además en un contexto de intensificación de los ataques aéreos y un uso creciente de drones kamikaze Shahed, de fabricación iraní. Según el presidente ucraniano Volodimir Zelensky, Rusia ha incrementado en diez veces el número de estos drones lanzados contra Ucrania en comparación con el año pasado. Tras una reunión con la cúpula militar de Ucrania este lunes, Zelensky destacó que la frecuencia de estos ataques ha alcanzado niveles sin precedentes, con cerca de dos mil drones Shahed lanzados solo en octubre, el segundo mes consecutivo en que Moscú rompe su propio récord de despliegue de drones.
La producción de estos drones, que inicialmente eran importados desde Irán, ha sido asumida ahora por fábricas rusas en su propio territorio, lo que permite a Moscú sostener una ofensiva aérea prolongada. Estas tácticas, que incluyen tanto los ataques con drones como el uso de bombas aéreas guiadas, representan un desafío adicional para las defensas antiaéreas ucranianas.
Por eso, Ucrania ha solicitado de manera reiterada a sus aliados occidentales el suministro de sistemas de defensa antiaérea para contrarrestar la amenaza de los drones y los misiles rusos. De acuerdo con Zelensky, entre las prioridades de defensa de Kiev está el fortalecimiento de las “patrullas móviles” en las zonas más vulnerables, que en muchas ocasiones consisten en camionetas con armas ligeras desde las que los soldados intentan derribar drones en pleno vuelo. Estas medidas se complementan con el desarrollo de soluciones técnicas para interceptar las bombas guiadas que, gracias a su sistema de navegación, permiten a la aviación rusa atacar objetivos desde una distancia segura, fuera del alcance de la mayoría de las defensas ucranianas.
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Además de los esfuerzos para interceptar drones y bombas, Ucrania ha intensificado su producción nacional de munición antiaérea, drones y equipos de guerra electrónica para interferir con los dispositivos no tripulados enemigos. El presidente ucraniano también hizo énfasis en los planes a largo plazo de Kiev para aumentar su capacidad de defensa autónoma, incluyendo contratos de varios años con productores nacionales de drones estratégicos, que serían diseñados para fortalecer su capacidad de respuesta a los ataques aéreos rusos.
Otros ataques
El ataque en Kharkiv se suma a una serie de ofensivas recientes en distintas partes del país. Durante la noche del domingo, Kiev informó que sus fuerzas habían derribado 50 drones Shahed en al menos nueve regiones, incluidos algunos sobre la capital. No obstante, un misil de crucero ruso logró impactar en la región de Dnipropetrovsk, una muestra de la amplitud y persistencia de los ataques rusos a lo largo de la línea de conflicto.
FUENTE: INFOBAE