FIRMARÁN ACUERDO RUSIA E IRÁN DE “ASOCIACIÓN ESTRATÉGICA” PARA FORTALECER SU COOPERACIÓN COMERCIAL Y MILITAR
Una reunión de alto nivel fijada para el viernes 17 de enero busca estrechar lazos para los siguientes 20 años. Rusia e Irán quieren sumar fuerzas y lo dejarán por escrito en el “Tratado de Asociación Estratégica Global entre Rusia e Irán”, un pacto que plantea impulsar la colaboración en materia “comercial, inversión, transporte, logística, ámbito humanitario y temas de actualidad de la agenda regional e internacional”, según un comunicado del Kremlin.
En definitiva, la futura visita del primer ministro iraní, Masoud Pezeshkian, a Moscú buscará una “asociación estratégica global” entre ambos países, apuntó el mismo Kremlin. Por ello, también se espera que la cumbre Putin-Pezeshkian ponga sobre la mesa temas de ámbito militar y político. De hecho, los lazos entre ambos países se han fortalecido desde que Rusia inició la guerra en Ucrania.
Irán no es un actor activo en Ucrania, pero su presencia se siente y es cuestionada por Occidente que lo señala de proporcionar a Moscú cientos de drones explosivos para su uso en el campo de batalla, de ayudar a poner en marcha su producción en Rusia y de venderle misiles de largo alcance. Las entregas de drones iraníes, que Moscú y Teherán niegan, han permitido un aluvión de ataques de largo alcance contra la infraestructura de Ucrania. Irán, por su parte, está en unas horas bajas en la región. Sus aliados en Medio Oriente, Hamás, Hezbolá y el sirio Bashar al-Assad, se encuentran disminutidos o –directamente– hundidos.
En cuanto a su economía, sigue en caída libre desde el fallido pacto nuclear de 2015, debido a la inestabilidad regional y por las sanciones internacionales. Por ello, le conviene un acercamiento a Moscú en busca de protección financiera y, también, militar. Teherán tiene el ojo puesto en renovar o mejorar sus sistemas antiaéreos S-300, blanco predilecto de Tel Aviv, o en adquirir una nueva flota de aviones de combate.
Por otra parte, en noviembre pasado, Teherán y Moscú conectaron sus sistemas bancarios para impulsar su comercio y las transacciones financieras, paso indispensable para hacer frente a las sanciones económicas de Estados Unidos y los países europeos.
La semana pasada, la portavoz del Gobierno iraní, Fatemeh Mohajerani, dijo a Sputnik que Irán espera firmar un acuerdo de cooperación integral que impulse dos iniciativas importantes: “el Corredor Norte-Sur, que ya está en marcha –una red de 7.200 km de longitud de ruta marítima, ferroviaria y terrestre para transportar mercancías entre India, Irán, Azerbaiyán, Rusia, Asia Central y Europa– y el plan para transferir gas ruso a Irán”. Ambos puntos son clave en el acuerdo entre ambas partes.
“No nos vamos de Oriente Medio”
El encuentro entre Putin y Pezeshkian se producirá con el tema de la caída del régimen de Bashar al-Assad aún caliente. La huída de Damasco del aliado en común representó un varapalo para ambos países, que tenían cierta influencia en la región gracias a la presencia del dictador: Teherán había invertido miles de millones de dólares en financiar su guerra y tener presencia en el país, mientras Moscú, además del factor económico, también tenía asegurada su salida al Mar Mediterráneo.
Pero Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, ha sido claro: “Nosotros no nos vamos de Oriente Medio”, dijo el funcionario durante su tradicional rueda de prensa de principios de año. El presidente ruso, Vladímir Putin, también negó que la caída de Al-Assad suponga una derrota estratégica para Rusia en el país árabe. “Rusia ha logrado, a grandes rasgos, sus objetivos en Siria”, dijo Putin.
Además, recordó que el Ejército ruso fue desplegado en Siria “hace diez años para que allí no se creara un enclave terrorista”. Precisamente, los rebeldes que derrocaron a Al-Assad, Hayat Tahrir Al Sham (HTS), incluidos en la lista de miembros de ese “enclave terrorista” mencionado por Putin, ahora están al frente en parte del país.
Por ello y con el fin de entablar contactos con las nuevas autoridades sirias tras el derrocamiento de Bashar al-Assad, la Duma impulsó la eliminación de ase grupo de la lista rusa de organizaciones terroristas. Según el presidente ruso, incluso los grupos contrarios al depuesto dictador “han sufrido cambios internos”. Irán, a la vista de las palabras del líder de HTS, conocido como Abu Mohammed al-Jolani, también está en posición de tener una buena relación: “Espero mensajes positivos de Irán”, sostuvo Al-Jolani, quien dedicó las mismas palabras al Kremlin.
Un acuerdo “constructivo”
Los grandes derrotados de la guerra de Siria oficializarán, previsiblemente, un pacto a futuro y “constructivo”, dijo Serguéi Lavrov. En sus palabras, el documento no va dirigido contra nadie, en alusión a Estados Unidos “Dicho acuerdo, al igual que el que tenemos con Corea del Norte, no está dirigido contra ningún otro país y tiene un carácter constructivo”, dijo el titular de Exteriores.
Según él, está “encaminado a reforzar la capacidad de Rusia e Irán en varias partes del mundo y la capacidad para desarrollar la economía y solucionar problemas sociales, y garantizar un fiable potencial de defensa”. Por ello, se especula sobre la posibilidad de que Moscú y Teherán firmen una cláusula de asistencia mutua en caso de agresión, como la que suscribieron el pasado año rusos y norcoreanos. Dicha posibilidad no ha sido confirmada ni desmentida por el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que se limitó a decir que las negociaciones que tendrán lugar el viernes son “de gran importancia”.