Cada cierto tiempo se pone de moda en redes un nuevo remedio que lo promete todo: aliviar la inflamación abdominal, mejorar el aspecto de la piel, ayudar a perder peso… Aunque sabemos que los milagros no existen, eso no nos impide probarlo –siempre que sea seguro para la salud, claro– y así intentar mejorar nuestro bienestar, al menos, un poquito.
Hemos hecho todo por tomar más agua. Desde el agua con limón, el té matcha, la kombucha… Y, ahora, también con el agua con clorofila.
A pesar de que en nuestro país todavía no es tan popular, en Estados Unidos se ha convertido en uno de los remedios favoritos de las redes y también de varias celebridades. Julianne Moore le contó a Vogue UK que lo primero que hacía por las mañanas era beber agua con clorofila, ‘hace tiempo me dijeron que es muy buena para la piel, así que diluyo unas gotas en agua y bebo dos vasos muy grandes’, explicaba.
Desde resolver problemas de mala digestión hasta tomar probióticos, estos sencillos cambios pueden mejorar tu salud intestinal rápidamente.
Kourtney Kardashian también se ha declarado adepta, a través de su plataforma Poosh, a este truco, que según ella la ayuda a beber más agua durante el día, potenciando que se mantenga hidratada mientras aporta vitaminas a su cuerpo. La actriz Mandy Moore dijo a la publicación estadounidense Mbgmovement que empleaba esta bebida para mejorar sus problemas de estómago y Reese Witherspoon confesó a Harper’s Bazaar UK que añadía unas gotas a su agua cuando sentía que le estaba saliendo un granito o un brote de acné. Pero, como siempre que algún remedio se viraliza de este modo, es justo y necesario aclarar si realmente tiene todas esas propiedades que se le atribuyen.
¿Qué es el agua de clorofila?
En este aspecto, no existe un consenso generalizado, aunque sí unos beneficios que en general se suelen relacionar con su consumo. Según advierte el equipo de nutricionistas del centro Germaine de Capuccini Goya, en España, ‘dicen que es antioxidante, cicatrizante, que puede ayudar a prevenir el cáncer y el mal olor, no obstante, no hay estudios concluyentes al respecto. También se habla de su relación con el intestino y a veces se indica para el estreñimiento’.
Por tanto, si bien hay quienes emplean la clorofila para estos y otros usos, desde el centro de estética reiteran que, al menos de momento ‘es muy poca la investigación científica y, por ello, las conclusiones fehacientes referentes a la clorofila como tratamiento’.
¿Cómo se incluye el agua de clorofila en la alimentación?
La buena noticia es que su uso nutricional sí está permitido y, en principio, no tiene contraindicaciones –solo se desaconseja su uso, por falta de información al respecto, en la infancia, en mujeres embarazadas o lactantes y en personas que sufran problemas digestivos como la diarrea (por su alto contenido en fibra)–, por lo que probar sus efectos tampoco está de más.
Lo cierto es que a día de hoy se pueden encontrar diferentes suplementos alimenticios o formatos líquidos de la clorofila debido a que este pigmento verde contiene ciertas propiedades que la pueden hacer muy interesante para según qué objetivos.
Beneficios de beber agua de clorofila
‘Puede ser muy beneficiosa para la salud por sus propiedades oxigenantes y su capacidad para favorecer la eliminación de metales pesados, además de ayudar en la regeneración de la flora bacteriana intestinal’, señala Luisa Varela, Directora Técnica y de I+D+I de Vitae, en España. En este sentido, hay tres áreas en las que puede presentar muchas bondades:
- Antiinflamatoria. ‘Las propiedades antioxidantes de la clorofila hacen que pueda actuar como un antiinflamatorio natural. Por eso se utiliza como coadyuvante en tratamientos antiinflamatorios, sean de tipo muscular (traumatismos, menstruación…) o debidos a la retención de agua y digestiones pesadas’, comenta Varela. Asimismo, como puntualizaban anteriormente desde Germaine de Capuccini, puede ser una aliada contra el estreñimiento si se busca una solución natural.
- Antioxidante. Según señala Varela, ‘la clorofila basa su acción en sus características antioxidantes, debido a sus altos niveles de vitamina A, C y E’. Por ello, como ocurre con otros ingredientes de poder antioxidante, el equipo de nutricionistas de Germaine confirma que puede servir para ‘prevenir el envejecimiento, neutralizar la oxidación celular, detener el daño en los tejidos y prevenir la aparición de enfermedades relacionadas con la edad’. También hay quien le atribuye poderes para tratar el acné debido a su efecto oxigenante, aunque no es un uso demasiado estudiado.
- Ayuda a mantenerte hidratada. Para aquellas personas a las que les cuesta beber agua durante el día, aportar un toque de sabor con la clorofila –como ocurre también con el agua con limón– puede ser una buena forma de potenciar su consumo. Además, tiene un efecto refrescante y dicen que ayuda a evitar el mal aliento (por eso se utiliza en chicles y caramelos).
Tres formas de consumir clorofila
Debemos recordar que, como ocurre con cualquier otro remedio para sentirse bien en general y para tratar la inflamación abdominal y aportar un efecto antioxidante en concreto, llevar un estilo de vida saludable, comer variado y equilibrado y practicar deporte siempre va a ser clave (y nada puede sustituirlo). Dicho esto, hay tres maneras de aportar clorofila a nuestra dieta:
- La forma más natural de consumirla es a través de las verduras de hoja verde, que son las que la contienen en mayor cantidad, ya que la clorofila es la responsable de darles su color. ‘Sobre todo la encontramos en las algas, espinacas, lechuga, acelga, berro, col rizada, rúcula, perejil, cilantro, espárragos, pimientos y apio’, señala Luisa Varela. Asimismo, desde Germaine añaden a la lista ‘cereales como la cebada, el trigo y la alfalfa’.
- Diluida en agua es la forma que más se ha popularizado y, en este caso, sí que es importante, controlar las cantidades que se consumen. ‘Si la clorofila es líquida, los expertos recomiendan una dosis de 5 ml disueltos en 250 ml de agua pura, en ayunas o distribuido a lo largo del día, antes o después de las comidas’, destaca el equipo de nutricionistas de Germaine de Capuccini Goya.
- La última forma sería a través de suplementos o comprimidos que tengan la clorofila como uno de sus ingredientes clave. En este caso, Luisa Varela apunta que ‘no existe una dosis recomendada, pero es una sustancia segura hasta 300 mg al día. Los suplementos más habituales son de 100 mg al día’.