ESTUDIO REVELA LOS SECRETOS DE LA LONGEVIDAD EXTREMA Y EL ENVEJECIMIENTO SALUDABLE DE MARÍA BRANYAS, LA SUPERCENTENARIA ESPAÑOLA
Un estudio pionero liderado por Manel Esteller, jefe del grupo de Epigenética del Cáncer del Instituto Josep Carreras (IJC), ha analizado a profundidad el caso de María Branyas, quien vivió 117 años y es considerada una de las personas más longevas del mundo. Aunque el trabajo aún es un preprint (no revisado por pares), ya se perfila como la investigación más completa realizada sobre un supercentenario, aquellas personas que superan los 110 años de vida.
Longevidad sin enfermedad
El estudio ha demostrado, por primera vez, que la edad avanzada y la mala salud no están necesariamente ligadas. «La sorpresa ha sido que los mecanismos de longevidad no están intrínsecamente asociados a los de envejecimiento y enfermedad. Puedes morir con 117 años en un estado casi perfecto de salud», explicó Esteller a EL ESPAÑOL.
María Branyas, quien nació en San Francisco pero vivió en España desde los 8 años, falleció en un estado de salud excepcional. Aunque sufrió sordera y dolor articular en sus últimos años, mantuvo su lucidez casi hasta el final. En 2020, se infectó de COVID-19 de manera asintomática y nunca desarrolló enfermedades comunes como diabetes o cáncer, a pesar de su extrema longevidad.
Los secretos de su longevidad
El análisis genético y epigenético de Branyas reveló varios factores clave que contribuyeron a su envejecimiento saludable:
- Microbiota juvenil: Su microbiota intestinal era similar a la de una niña, con bajos niveles de inflamación. Esto se atribuyó en parte a su dieta mediterránea y al consumo regular de yogures, que promueven bacterias antiinflamatorias.
- Genética privilegiada: Branyas poseía variantes genéticas raras que la protegían de enfermedades cardiovasculares, alzhéimer y diabetes. Además, su metabolismo lipídico era excepcionalmente eficiente, lo que se asocia con una mayor longevidad y la ausencia de demencia.
- Estilo de vida saludable: No fumaba ni bebía alcohol, mantenía una vida social activa y seguía una dieta equilibrada, factores que contribuyeron a su bienestar físico y mental.
Epigenética: la clave del envejecimiento saludable
El estudio también destacó el papel de la epigenética, que explica la diferencia entre la edad cronológica y la biológica. En el caso de Branyas, su edad biológica era significativamente menor que su edad real, gracias a su estilo de vida y genética.
Manel Esteller, considerado un referente internacional en epigenética, comparó su caso con un «ordenador de alta gama con un software bien programado». Esto ha abierto la puerta a futuras investigaciones sobre fármacos que podrían imitar estos mecanismos naturales para prolongar la vida y prevenir enfermedades.
Fármacos para vivir más y mejor
Actualmente, existen nueve fármacos epigenéticos aprobados para tratar enfermedades como leucemias y linfomas. Sin embargo, el estudio de Branyas sugiere que en el futuro podrían desarrollarse medicamentos que no solo combatan enfermedades, sino que también promuevan la longevidad.
Esteller no descarta que, en los próximos años, los fármacos antienvejecimiento sean una realidad. «Combinar ambas vías sería lo ideal: vivir más tiempo y de forma más saludable», afirmó. Aunque aún estamos lejos de una «doble píldora» que logre esto, la FDA ya ha certificado un fármaco para prolongar la vida en perros, lo que marca un precedente prometedor.
Un legado científico
El caso de María Branyas no solo ha aportado valiosos insights sobre la longevidad extrema, sino que también ha inspirado nuevas líneas de investigación en epigenética y medicina preventiva. Su vida es un testimonio de que envejecer no tiene que ser sinónimo de enfermedad, y que los secretos para una vida larga y saludable podrían estar más cerca de lo que pensamos.