Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España residen 608.321 personas mayores de 90 años, lo que representa tan solo el 1,28% de la población total del país. Estos datos indican lo complicado que resulta llegar a esa edad, aunque aún más difícil es hacerlo en un buen estado de salud mental y físico pues, según la OMS, el 14% de los adultos mayores de 60 años padecen algún trastorno mental, siendo la depresión y la ansiedad los más comunes.
Lo cierto es que hay varios aspectos que influyen a la hora de llegar a edades tan avanzadas y hacerlo de la manera en la que a todos nos gustaría. Aunque algunos son imposibles de controlar, ya que dependen de la propia genética e incluso de factores inevitables, la gran mayoría están supeditados a nuestro estilo de vida.
El reconocido científico y oncólogo Silvio Garattini, todo un referente en el ámbito de la longevidad y la vitalidad a sus 96 años, es un firme defensor de que los buenos hábitos son los que verdaderamente hacen que podamos llegar o no a esas edades tan avanzadas. “Intento caminar al menos 5 kilómetros al día, y a nivel anual trato de mantener ese objetivo” – Silvio Garattini
El científico defiende que una de las claves de la longevidad es caminar y hacer actividad física cada día. A sus 96 años, Garattini afirma que “camina al menos 5 kilómetros a al día”, tratando de mantener ese objetivo durante todo el año, y que lo hace a buen ritmo, porque de no ser así, no sirve.
“Hay que moverse para estar bien, pero debe ser a un ritmo relativamente rápido, de lo contrario no se consigue el efecto aeróbico. Tiene que haber algo de esfuerzo, que se traduzca en respirar con dificultad y un aumento de la frecuencia cardíaca. Caminar mirando escaparates no es actividad física”, sentencia.
“Lo que se haga por encima de 300 minutos de actividad física a la semana no aporta beneficios adicionales” – Silvio Garattini
Aún y así, Garattini sostiene que es importante que las personas que empiezan a hacer deporte no lo hagan en exceso, ya que lo adecuado son entre 150 y 300 minutos de actividad física a la semana. “Lo que se haga por encima de eso no aporta beneficios adicionales”, admite el científico.
Para Garattini, lo mejor de la actividad física no son tan solo todos los beneficios que tiene para el cuerpo a nivel de salud, como que mejore la circulación incluso a nivel cerebral, sino que también fomente la socialización: “La actividad física puede considerarse un movimiento colectivo: por ejemplo, se puede salir a caminar en grupo, conversar y fortalecer las relaciones sociales”
“Los buenos hábitos de vida nos benefician en primer lugar a nosotros mismos y traen muchas otras ventajas” – Silvio Garattini
Garattini asegura que es importante mantener buenos hábitos porque, además de beneficiarnos a nosotros mismos, tienen otras muchas ventajas: “Si estamos bien, nuestras familias no sufren, es un acto de generosidad hacia nuestros seres queridos. Además, es una ayuda para la economía y para el sistema sanitario nacional, que se ve sobrecargado con problemas que podrían evitarse si todos adoptáramos hábitos de vida saludables”.
Aún y así, Garattini continúa siendo muy crítico con la industria de la medicina, de la que asegura que se ha convertido en un mercado y que, por ello, muchos medicamentos se prescriben de manera innecesaria. “Como todos los mercados, quiere crecer cada vez más, aumentar el número de medicamentos y reducir los niveles de normalidad. Promover buenos hábitos de vida va en contra de este mercado”, afirma.
“Comer poco es un factor de longevidad” – Silvio Garattini
Aunque, como vemos, la actividad física junto a unos hábitos saludables son imprescindibles para tener una vida larga y próspera, también lo es llevar una dieta adecuada. La clave es que sea variada y moderada: debe llevar un poco de todo para así poder obtener los micro y macronutrientes necesarios. Aún y así, Garattini asegura que la variedad debe ir acompañada de moderación.
“Como decían nuestros mayores: hay que levantarse de la mesa con un poco de hambre. Las investigaciones han demostrado que reducir la ingesta de alimentos en un 30% aumenta la esperanza de vida en un 20%. Comer poco es un factor de longevidad”, afirma.
En cuanto a las nuevas corrientes como el ayuno intermitente, el científico no se identifica con ellas, ya que asegura que lo que importa son las calorías totales y no en qué momento del día se ingieran: “Algunas investigaciones han mostrado que no hay mucha diferencia entre quienes comen libremente y quienes dejan pasar 10-12 horas entre comidas. Insisto, lo que importa es comer poco, incluso si lo hago cinco veces al día, lo importante es la cantidad total”, sentencia.
Fuente: La Vanguardia