Ansiedad en niños: principales señales de alarma y cómo mejorar su bienestar.
Este problema de salud mental es cada vez más frecuente entre los más pequeños. La doctora María del Castillo, psicóloga del Hospital de Día Quirónsalud Zaragoza, aclara las dudas sobre sus principales síntomas y cómo abordarla
La ansiedad es una respuesta natural del organismo ante una amenaza real o percibida. Este mecanismo forma parte del sistema de defensa del cuerpo, pero puede convertirse en un problema de salud mental si es excesivo o persistente. Según el Informe Anual del Sistema de Salud Nacional del Ministerio de Sanidad, que recoge datos de 2023, el 34% de los españoles sufre algún problema de salud mental, de entre ellos el más frecuente es la ansiedad. Este tipo de patología ha sufrido un incremento significativo en los últimos años, tanto en la población adulta como en edad infantil.
Este proceso puede manifestarse en tres niveles diferentes: cognitivo, fisiológico y conductual. Asimismo, en el caso de los niños, los síntomas pueden ser distintos a los de un adulto. En ocasiones, los más pequeños suelen tener problemas para expresar lo que sienten, por ello es habitual que exterioricen la ansiedad a través de síntomas físicos y emocionales.
Los más comunes son dolor de estómago y de cabeza sin causa aparente, tensión muscular, sudoración, dificultad para dormir, cambios en el apetito, respiración agitada o sensación de falta de aire. Por otro lado, la irritabilidad excesiva, la hipersensibilidad, el llanto frecuente, evitar situaciones nuevas, tener miedo sin razón o la dificultad para relajarse son los signos emocionales más habituales. En algunos pacientes también pueden aparecer conductas repetitivas, como morderse las uñas, mover constantemente las piernas o jugar compulsivamente con el cabello.
En este sentido, la doctora María del Castillo, psicóloga del Hospital de Día Quirónsalud Zaragoza, señala que “es fundamental detectar la ansiedad de forma precoz y abordarla a tiempo para evitar que esta afecte al desarrollo emocional y social del niño”.
Causas frecuentes
Entre los más pequeños, este trastorno psicológico puede surgir por diversas razones. “No obstante, las más comunes son el exceso de presión en el colegio o en determinadas actividades extraescolares, los cambios significativos -como una mudanza o la separación de los padres-, miedo al rechazo, un ambiente familiar tenso con discusiones frecuentes, la sobreprotección, una negligencia parental, vivir alguna situación traumática o factores genéticos”, indica la especialista.
Cómo actuar si tu hijo tiene ansiedad
Es normal que las familias se preocupen si su pequeño sufre ansiedad. Ante esta situación, es esencial no minimizar las emociones del paciente, brindarle seguridad, ayudarle a expresar sus emociones preguntando cómo se siente y no sobreproteger al niño para que aprenda a enfrentar diferentes circunstancias. “Por estos motivos, se recomienda acompañarle y proporcionarle herramientas para gestionar esos momentos”, explica la doctora.
Reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo
Es importante establecer una rutina estructurada y unos hábitos del sueño. “Los niños se sienten más seguros con horarios predecibles. Un ambiente armonioso y organizado les brinda estabilidad y confianza”, señala la especialista. Igualmente, fomentar momentos de desconexión y contar con espacios de relajación en casa también es beneficioso. “De tal forma que -aclara- no todo debe girar en torno a responsabilidades. Jugar, explorar y realizar actividades placenteras estimulan la creatividad y reducen el estrés. Asimismo, hablar sobre nuestras emociones en familia ayuda a los niños a expresar sus sentimientos sin miedo ni vergüenza”.
Por otra parte, garantizar un entorno escolar seguro también influye. “Si la causa de la ansiedad proviene del colegio, es clave hablar con los profesores para identificar el problema y buscar soluciones”, explica María del Castillo. A su vez, se recomienda enseñar a tu hijo a gestionar los errores. “Para reducir la ansiedad, es importante comprender que equivocarse es parte del aprendizaje y que no es necesario hacerlo todo perfecto”, concreta la doctora.
Por último, también conviene realizar ejercicio físico y reducir el uso de pantallas, ya que un exceso de estas puede aumentar la reactividad emocional y alterar el sueño.
Cómo tratarla
A la hora de abordar la ansiedad, los tratamientos pueden ser diversos. Desde la terapia psicológica, la psicoeducación y algunas técnicas de relajación, hasta trabajos específicos con los padres o familiares. Antes de iniciar cualquier procedimiento, es fundamental hablar con el niño y explicarle el proceso. Además, generalmente se realiza una evaluación para comprender mejor el problema y adaptar la intervención a las necesidades del paciente. “En Quirónsalud Zaragoza llevamos a cabo una atención integral de los trastornos psicológicos en niños. Para ello contamos con un equipo multidisciplinario que combina diversas especialidades y nos permite garantizar un tratamiento personalizado, abordando tanto los aspectos físicos como los emocionales de la salud infantil”, indica la doctora.
fuente: el periodico