El Diccionario de la Lengua Española define Peculado como: “delito que consiste en el hurto de caudales del erario, cometido por aquel a quien está confiada su administración” Por supuesto que en nuestro país esto no es considerado delito grave por nuestras autoridades.
Si un funcionario roba 80 millones de pesos difícilmente va a la cárcel, porque claro, eso no es grave. Hace unos años se revelo que el tesorero de un exalcalde de Cancún había sustraído esa cantidad de las arcas públicas, pero resulta que con ese monto se podría cubrir el sueldo de 50% de los policías de Cancun por un año, en lugar de haber dos mil policías, podría haber 3 mil.
O más aún, habría recursos para comprar el 100% de luminarias que se requieren en la ciudad, se podría duplicar las que existen actualmente iluminando muchas áreas inseguras. Precisamente fue en una de estas zonas peligrosas donde se encontró en días pasados el cuerpo de una joven estudiante de la Unviersidad del Caribe, todos los días tenía que caminar, ella y varias docenas de vecinos, por un lote baldío oscuro y cubierto por árboles y maleza para llegar a su hogar.
No tenía opción, si no lo atravesaba debía rodear una extensión de terreno muy amplia para llegar a su hogar. Tampoco era una zona vigilada por la policía, existen demasiadas áreas semejantes en Cancún, además dos mil policías son insuficientes para casi un millón de habitantes.
El principal destino turístico de México, uno de los más importantes de America Latina, no posee recursos para proveer seguridad suficiente para sus habitantes. La razón es simple, es vox populi que el Ayuntamiento de Benito Juárez ingresa cantidades suficientes para dar una protección mucho mayor a los cancunenses pero el desvío ilícito de recursos provoca que no lleguen a su destino original. Desde este ángulo, el peculado es un delito grave, muy grave.
La gran mayoría de los mexicanos no conocen este concepto legal, también ignoran que es más fácil pisar la cárcel por robar comida en un supermercado que por llevarse el dinero recabado a través de nuestros impuestos. No importa si el funcionario se lleva 100 pesos o doscientos millones afectando a miles, su crimen seguirá siendo Peculado, lo que por supuesto, la clase política actual no considera como grave.
Aunque ese dinero debió de haberse utilizado precisamente para las funciones por las que creamos los Estados, una de las principales: dar seguridad a los integrantes de la sociedad. ¿Fue la falta de iluminación en ese transitado lote baldío lo que provocó el crimen? Es difícil saberlo, estos actos son impulsados por múltiples factores como diría todo buen criminalista, pero sin duda la ausencia de alumbrado público fue un elemento más, quizá determinante. Y muy probablemente si funcionarios más responsables hubieran invertido el dinero en donde se debía en lugar de embolsárselo, este terrible suceso y muchos más no estarían a la alza.
Como he señalado anteriormente, la corrupción es necesaria para el funcionamiento de nuestro Sistema Político anacrónico, pero hace mucho daño a la sociedad que lo sostiene, conforme avanza el siglo XXI debemos transformar ese sistema, no me canso de decirlo.