Cancún, Quintana Roo, 19 de Julio del 2025.- De acuerdo con Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), el 68.4 % de los consumidores elige lo más barato en lugar de priorizar la calidad.
Durante la presentación de los resultados de la encuesta *Pulso de la tiendita de barrio 2025*, Rivera resaltó que estas pequeñas tiendas resisten no por el respaldo de una gran empresa, sino por el esfuerzo de adultos con arraigo, responsabilidades familiares y trayectoria.
En materia de ventas, solo 1 de cada 10 compradores puede costear la canasta básica. Además, 48.8 % de los clientes gastan menos de 100 pesos diarios, y 68.4 % compran por precio, no por calidad.
Rivera describió la situación como una paradoja, ya que las tiendas están abiertas, pero los refrigeradores vacíos.
“Comprar se volvió una renuncia; el poder adquisitivo está roto, y la inflación alimentaria condiciona cada decisión de supervivencia”.
También resaltó alzas significativas en productos esenciales, como ejemplo, 54.5 % de los comerciantes reportaron aumento en el precio del huevo; 45 % detectó que se dejó de adquirir comida enlatada; y 29.1 % constató menor demanda de pan de caja.
Paralelamente, 72.8 % de los tenderos redujeron su margen de ganancia.
El estudio reveló que 53.7 % de los comerciantes cambiaron de proveedor, marca o redujeron inventario; 44.4 % enfrentan más clientes morosos y 81.6 % consideran que la inflación ha sido más severa este año.
Por ello, los comerciantes actúan como un colchón para absorber el impacto económico sin traspasarlo a sus clientes.
El perfil del negocio es marcadamente familiar, ocho de cada diez son tiendas de abarrotes; el 62 % llevan menos de 10 años operando; 55 % funcionan desde casa; 48.5 % surgieron por iniciativa emprendedora; 32.3 % por necesidad debido a desempleo o despido; y 47 % operan sin empleados.
Rivera compartió además que 77.5 % de los dueños temen cerrar sus negocios; 49 % han sido cuestionados por sus precios; y aunque 76.2 % conocen el “Paquete contra la inflación y la carestía”, pocos confían en su eficacia.
“Estas tienditas no son empresas corporativas, sino respuestas familiares al desempleo. Son redes de subsistencia que enfrentan la precariedad con creatividad y trabajo diario”, concluyó.
La encuesta incluyó a 3 mil pequeños comerciantes en todo el país; 53 % mujeres, 56 % en un rango de edad de 40 a 59 años, y 84 % jefes o jefas de familia.