Hace unos meses nuestro compañero Rubén Andrés, se detuvo a analizar a qué equivalía la fortuna del fundador de Microsoft según las cifras de 2023. Aunque Bill Gates ha dejado de aparecer entre los 10 más ricos de la lista Forbes, lo cierto es que aquella realidad sigue muy presente con unas cifras que asustan. La de ganar 14,49 millones de dólares mientras está durmiendo es sólo el principio.
Con una fortuna que se ha ido diluyendo durante los últimos años, las cifras actuales de Bloomberg a julio de 2025 sitúan su bolsillo en torno a unos 124.000 millones de dólares. La razón no es otra que las continuas transferencias e inversiones filantrópicas que ha realizado Bill Gates durante los últimos años, pero aunque el multimillonario reconoce que antes del 31 de diciembre de 2045 el 99% de su riqueza se habrá diluido por completo por la misma razón, aún le queda cuerda para rato.
Cuánto gana Bill Gates por segundo
La realidad actual es que, en base a inversiones y lo que generan esos 124.000 millones de dólares actuales, la fortuna de Bill Gates crece a un ritmo de 574 dólares por segundo -unos 493 euros al cambio actual-, y que tal y como apuntábamos al principio, cada mañana se levanta siendo 14,5 millones de dólares más rico -o 12,46 millones de euros- gracias a todos sus activos.
Si por alguna extraña razón a Bill Gates le diese por cerrar el chiringuito y simplemente disfrutar de su fortuna, pese a tener ahora 69 años tardaría tres siglos y medio en quedarse sin dinero, y eso gastando a un ritmo de 1 millón diario. Dicho de otro modo, si llegase hasta los 100 años de vida, podría gastar 468.000 dólares por hora y vivir a ese ritmo hasta terminar sus días.
Si lo comparamos con la media salarial actual, trabajando 40 horas semanales, la hora le sale a 8,7 millones de dólares -7,47 millones de euros-. El equivalente por cada segundo doblando el lomo estaría alrededor de unos 145.000 dólares, o 124.600 euros al cambio. Pese a lo deprimente del asunto, acercarse a cifras como estas son también la mejor forma de entender hasta qué punto el reparto de la riqueza está roto y cómo, a poco que se equilibre la balanza, todos viviríamos mucho mejor.