Redacción Macronews.- En medio de una creciente tensión geopolítica entre Estados Unidos y Venezuela, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, hizo un llamado a resolver el conflicto mediante el diálogo, reafirmando los principios constitucionales de la política exterior mexicana: autodeterminación de los pueblos, no intervención y solución pacífica de controversias.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum fue cuestionada sobre el aumento de la recompensa ofrecida por el gobierno estadounidense —ahora de 50 millones de dólares— por información que conduzca a la captura del presidente venezolano Nicolás Maduro, acusado de narcotráfico por autoridades norteamericanas. En respuesta, la mandataria citó el artículo 89 de la Constitución Mexicana, que establece los lineamientos para la conducción de la política exterior, y subrayó que “todo se resuelve con diálogo”.
La presidenta enfatizó que su gobierno no emitirá llamados directos a las partes involucradas, ya que se apega estrictamente al principio de no intervención. “Lo dice claramente nuestra Constitución y es nuestra posición siempre: la autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la solución pacífica de controversias”, reiteró.
El contexto internacional se ha intensificado tras el anuncio de Maduro sobre el despliegue de 4.5 millones de milicianos en Venezuela, en lo que el régimen chavista describe como una medida de seguridad. Paralelamente, Estados Unidos ha movilizado 4 mil agentes, principalmente infantes de Marina, en aguas del Caribe y América Latina, como parte de una operación contra el narcotráfico. También ha reforzado su presencia con aviones, embarcaciones y sistemas lanzamisiles.
La fiscal general estadounidense, Pam Bondi, informó recientemente sobre la incautación de 700 millones de dólares en bienes vinculados a Maduro, en el marco de acusaciones que datan del gobierno de Donald Trump, cuando se señaló al Cartel de los Soles como una organización criminal operando desde Venezuela con presunta participación de altos funcionarios del régimen.
Con este posicionamiento, el gobierno mexicano mantiene su postura histórica de neutralidad activa, apelando a la diplomacia como vía para la resolución de conflictos internacionales.